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Más de 150 desaparecidos en un mar de tiburones tras hundirse un transbordador cerca de Manila

Algunos lograron flotar aferrados durante horas a troncos de madera hasta que les llegó el rescate; otros se pusieron a nadar en el interior de una gran mancha de petróleo procedente del barco. Los menos afortunados se vieron sacudidos en un mar embravecido sin haber pensado tan siquiera en coger los chalecos salvavidas. Más de 150 personas están desaparecidas en un mar infestado de tiburones desde la madrugada del viernes, tras el hundimiento, cerca de las costas de Luzón, de un transbordador que transportaba a cerca de 400 pasajeros con destino a Cebú.

Los equipos de rescate y numerosos pescadores que participaron en las tareas de salvamento lograron recuperar con vida a 294 personas. Eduardo Jiménez es uno de los más afortunados. Es un ex convicto que regresaba a casa tras penar ocho años en una cárcel de Manila. "Las luces se apagaron y yo salté al mar. Una gran ola me volteó. Cuando logré emerger vi un trozo de madera con otras personas. Me agarré a él hasta que un pesquero nos rescató".El transbordador La Princesa de Oriente, de 13.935 toneladas y con capacidad teórica para más de mil pasajeros (aunque sólo transportaba 400), ha pasado a engrosar la larga lista de desastres marítimos en este archipiélago de siete mil islas, donde el barco es la forma más barata de transporte. Se trata del peor accidente marítimo en cuatro años. El más grave sucedió en 1987, cuando el Doña Paz (del mismo propietario de La Princesa de Oriente) colisionó con un petrolero en las proximidades de Mindoro. Perecieron 4.387 personas.

El cocinero del transbordador, Jerry Cabrera, y otros cuatro supervivientes estaban exhaustos cuando les rescató un avión de la Fuerza Aérea. Tenían las ropas ennegrecidas y los ojos rojos. Apenas si podían hablar. Habían logrado salvar la vida de milagro, nadando en el interior de una mancha de petróleo durante 10 kilómetros.

Los supervivientes aseguran que el barco fue zarandeado por olas enormes nada más abandonar puerto. Fueron 30 minutos agónicos en los que La Princesa de Oriente lanzó varios mensajes de socorro. Al cabo de media hora el barco se hundió; la tormenta tropical Vicki acabó con él. Lo que nadie se explica es cómo se le permitió salir de puerto en condiciones tan adversas.

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