El Consejo de Europa exige el polémico muro antilodos de Doñana

El Consejo de Europa considera necesaria la construcción de un muro de contención en la margen derecha del denominado Brazo de la Torre, en los límites del Parque Natural de Doñana y el Parque Nacional, para impedir la entrada de lodos tóxicos en caso de que las fuertes lluvias desborden el río Guadiamar. El responsable de Medio Ambiente del organismo europeo, Eladio Fernández Galiano, lamentó ayer en Doñana que la Junta y el Gobierno central polemicen sobre el muro, que podría resultar imprescindible para la renovación en el año 2000 del diploma de calidad ambiental que ostenta Doñana desde 1985.

"Existe riesgo de que el año llegue húmedo y los lodos entren en el Parque Nacional de Doñana. Si no se hace todo lo posible para evitarlo, sería una clara causa para la retirada del diploma", aseguró Fernández, que visitó junto a otros dos miembros del consejo el Parque Nacional de Doñana y la zona afectada por los vertidos tóxicos procedentes de la mina de Aznalcóllar. De esta manera, los políticos europeos dan un toque de atención a las administraciones "para que lleguen a un acuerdo y adopten todas las medidas para impedir la entrada de lodos en el Parque". La construcción del muro que demanda el organismo europeo precisa de un estudio de impacto ambiental en la zona, solicitado por la Junta de Andalucía y que tardaría un año en realizarse, al que se opone la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir por la urgencia de esta medida. No obstante, el Consejo de Europa aguardará dos años para decidir la renovación del diploma: "Nosotros pensamos que en el lecho del río Guadiamar queda todavía bastante materia tóxica, a pesar de la rapidez con que se está llevando la limpieza de la zona", dijo Fernández Galiano, quien mostró su preocupación sobre el efecto de los lodos en el Parque Nacional a largo plazo: "Los metales pesados están entrando ya en las cadenas tróficas, afectando a las plantas y tenemos miedo de que pueda acumularse en moluscos, aves y distintos vertebrados". El responsable de Medio Ambiente del Consejo de Europa evitó en todo momento ser fatalista y recalcó la eficacia de las Administraciones y su rapidez en actuar tras la catástrofe del 25 de abril: "Han demostrado tener cintura política y técnica". Fernández Galiano reconoció que la posible renovación del diploma de calidad ambiental de Doñana "supondrá que, a partir del año 2000, su mantenimiento dependa de una larga lista de condiciones", que el dirigente europeo no quiso precisar por el momento. El galardón ambiental, que ostentan también otros 19 parques nacionales de Europa, no trae consigo inversión económica alguna, "porque sólo atribuye prestigio y obliga a mantener una buena gestión", aseguró Fernández Galiano. Además, dijo, el diploma les obliga "a realizar visitas periódicas a los parques". Los responsables europeos aseguraron ayer que aguardarán al invierno "para tomar conciencia del efecto de las medidas tomadas por las administraciones".