Alcatel ofrece comprar sus propias acciones, mientras en EEUU se le acusa de haber falseado su valor

Serge Tchuruk, el presidente ejecutivo de Alcatel, anunció ayer que su sociedad "inicia un programa importante de recompra de sus acciones", destinado a tranquilizar la Bolsa. El jueves, los títulos de Alcatel perdieron el 38,4% de su valor, es decir, el equivalente a una capitalización de 1,7 billones de pesetas. La autocartera de la sociedad era, hasta ahora, del orden del 3,7%.[La COB, el organismo encargado de velar por la transparencia del mercado bursátil francés, anunció ayer que investigará posibles irregularidades en los movimientos de los títulos en los últimos días. La SEC, el organismo homólogo estadounidense, que no anuncia sus investigaciones, puede estar interesado también en averiguar si Alcatel ocultó de forma deliberada su situación antes de cerrar la compra de la sociedad norteamericana DSC Communications. La caída bursátil de Alcatel depreciará fuertemente el pago a los propietarios de DSC, que cobrarán en acciones de la sociedad francesa.

Ayer mismo, accionistas de DSC presentaron una demanda ante los tribunales de EEUU en la que acusan a la compañía francesa de haber suministrado "información mutilada" sobre su situación financiera real. Los accionistas sostienen que el valor de trueque de las acciones de DSC por las de Alcatel se fijó en base a estados contables de esta última que no reflejaban la caída de sus resultados, informa AFP].

El derrumbe en Bolsa de Alcatel parece ser fruto de una operación de castigo de unos inversores irritados al descubrir que las ganancias de la compañía van a ser muy inferiores a las anunciadas. Tchuruk afirma que Alcatel ha cerrado el primer semestre de 1998 con unos beneficios equivalentes a 375.000 millones de pesetas. Esa cantidad incluye la venta de Cegelec a Thomson, operación que le aportó más de 300.000 millones y que relativiza los beneficios.

"Los resultados operativos de 1998 no serán tan buenos como se esperaba". Esa frase, pronunciada el pasado jueves por el presidente de la compañía, fue el desencadenante del hundimiento.

Dificultades similares han afectado, en menor medida, a otros grandes fabricantes europeos de telefonía. Tanto Ericsson como Nokia, Philips y Siemens han visto cómo el valor de sus acciones disminuía, en una sola jornada, entre el 9,3% y el 10,3%.