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El nuevo Síndic paraliza la institución al destituir a casi toda la plantilla

El Síndic de Greugues se encuentra inoperativo por una disposición legal. La mayoría de los 29 trabajadores fueron destituidos anteayer de manera automática con la toma de posesión del nuevo Síndic, Luis Fernando Saura. La situación queda reflejada en la Ley del 26 de diciembre de 1988 de creación de la institución. De los 29 trabajadores sólo cinco continuarán.

Saura manifestó ayer su sorpresa y reconoció que ahora deberá nombrar a toda la plantilla. El nuevo defensor de los valencianos advirtió que sus colaboradores más directos serán de absoluta confianza. "Yo no he cesado a nadie, la ley especifica que con la toma de posesión del nuevo Síndic se produce el cese automático de todos los empleados, que son funcionarios eventuales". Saura explicó ayer en declaraciones a Radio Alicante de la SER: "La ley es la que ha obrado, yo no he tenido nada que ver, la ley manifiesta el cese automático y ha obrado consecuentemente". Sin embargo, la ley sólo especifica que son los asesores los que han de cesar automáticamente. La situación del resto del personal está regulada por un Estatuto de Personal aprobado por la Comisión de Peticiones de las Cortes que permite muchas fórmulas para dotar de personal a la institución. Si los trabajadores de la sindicatura eran eventuales se debía a una decisión personal del anterior Síndic, Arturo Lizón. Asimismo, la ley faculta ahora a Saura a destituirlos pero no le impide ratificarlos en su puesto, según explica María Julia Sevilla, que hasta el jueves ocupaba uno de los dos puestos de Adjunto al Síndic que marca la ley. Es más, Sevilla explica que la tradición en casi todos los órganos homólogos (Defensor del Pueblo español, Ararteko vasco, Defensor do Pobo gallego, Síndic catalán y otros) ha sido mantener al personal tras un cambio de titular. Sólo en la Justicia de Aragón se ha destituido, por dos veces, a todo el personal. Saura anunció que la próxima semana revisará los expedientes de las personas que durante los últimos años han estado trabajando en la institución y decidirá si continúan. Fuentes del Síndic indicaron que la norma a la que se ampara Saura es dispositiva, pero no imperativa, y que "perfectamente hubiera podido prolongar el trabajo de la plantilla durante una semana para evitar la paralización del Síndic". Algunos juristas consideran que Saura "ha utilizado la ley en sentido propio" y que su decisión retrasará numerosos asuntos pendientes.

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