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El diseñador de las tuberías del "Proof Spirit" asegura que éstas no fueron manipuladas antes del accidente

Fuentes cercanas a la investigación del siniestro ocurrido en el Proof Spirit, el barco botado en los astilleros de Unión Naval de Levante (UNL) en Valencia en el que murieron 18 trabajadores, afirmaron ayer que "las tuberías del barco estaban perfectamente selladas antes" de que se produjera la deflagración que originó el accidente, el siniestro laboral más grave ocurrido en los últimos 14 años en España. Esa es, según las citadas fuentes, la principal aportación del testimonio ante el juez de Jesús María Güemes, el ingeniero industrial que diseñó el complejo entramado de tuberías que funciona en el buque. Según varios informes periciales, una fuga de combustible en un conducto fue la causa final de la tragedia. Güemes, un trabajador de Insertank, una subcontrata de UNL radicada en Avilés que perdió a siete operarios en el accidente, aseguró que la documentación que maneja la firma asturiana "no permite deducir que las tuberías fueron manipuladas después de las pruebas de estanqueidad" practicadas.En cualquier caso, el testigo aseguró que los trabajos de Insertank en el Proof Spirit eran supervisados por UNL y dirigidos por profesionales altamente considerados por el astillero, lo que descargaría en la firma la última y única responsabilidad del accidente.

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