El rublo quiebra su recuperación y vuelve a desplomarse mientras la bolsa cae el 5,12%
El rublo se desplomó nuevamente ayer, y el Banco Central fijó una cotización para hoy de 12,4509 unidades por dólar (un descenso del 22,8% de la moneda rusa en comparación con la cotización anterior), mientras la Bolsa de valores de Moscú cerró con una baja del 5,12%. Por si estas malas noticias fueran poco, prácticamente se esfumaron ayer las últimas esperanzas que tenía el Kremlin de obtener en los próximos días el segundo tramo del crédito aprobado en julio por el Fondo Monetario Internacional. Y la agencia Standard and Poor's (S & P) rebajó la calificación de la deuda de Rusia.
Alexandr Shojin tuvo ayer un difícil debú como viceprimer ministro y jefe de las negociaciones con los organismos financieros internacionales. Sus conversaciones con el vicepresidente del Banco Mundial, Johannes Linn, y con el negociador del FMI para Rusia, John Odling-Smee, no dieron resultados positivos para Moscú: como se desprende de un comunicado divulgado ayer, el Kremlin difícilmente recibirá el tramo de 4.300 millones de dólares (más de 600.000 millones de pesetas), previsto en principio para este mes, antes de que el nuevo Gobierno que encabeza Yevgueni Primakov anuncie su programa económico y que el FMI lo apruebe.El problema es precisamente qué programa aplicará este Gobierno, que tiene como número dos y responsable de problemas económicos a Yuri Masliukov, un comunista partidario de una mayor intervención del Estado en la economía. Mijaíl Zadórnov, ministro de Finanzas en funciones, aseguró que tanto Rusia como el Banco Mundial y el FMI desean encontrar una solución que sea aceptable para ambas partes, "lo que significa que se hará todo lo posible por que Rusia permanezca en los límites del programa aprobado y apoyado por el FMI".
Sin embargo, no está claro quién podrá defender ese programa: Borís Fiódorov, el ultraliberal que era viceprimer ministro responsable de macroeconomía de hecho ya ha sido reemplazado por Shojin; el mismo Zadórnov puede perder su cargo en los próximos días, y Shojin, aunque se opone categóricamente a echar a andar la máquina de fabricar billetes, no parece tener la suficiente fuerza para vencer a Masliukov y al gobernador del Banco Central, Víktor Gueráshchenko. Este último reforzó sus posiciones después de que la Duma aprobara ayer a seis miembros del Consejo de Directores del Banco Central.
La crisis rusa no sólo se discutió ayer en Moscú; en Londres, los bancos occidentales se reunieron para analizar el peligro de que sean discriminados con el nuevo esquema de reestructuración de los bonos del Estado que piensa introducir el Gobierno de Primakov. Los extranjeros tienen entre 15.000 y 17.000 millones de dólares de los 40.000 millones que suma la deuda de estos valores.
El Banco Central (Tatiana Paramonova, será la número dos de la entidad), que había establecido una cotización oficial para ayer de 9,6 rublos por dólar, fijó para hoy el cambio a 12,45 por dólar. Pero en el sistema electrónico interbancario la moneda estadounidense se vendió incluso a 14,1 rublos para las operaciones con valor de hoy. En las casas de cambio, mientras tanto, el tipo de cambio era de 13,5 rublos por dólar, pero resurgió la escasez de divisas y la mayoría simplemente no vendía dólares. En Moscú, la gente que hacía cola para cambiar ofrecía 14, 15 y 16 rublos por dólar. Esta tendencia al alza del dólar seguramente continuará, reforzada por el aumento de las presiones para imprimir más papel moneda. Así, Serguéi Yegórov, el presidente de la Asociación de Bancos Rusos, declaró que el efectivo circulante debe llegar, por lo menos, al 20% de PIB, mientras que actualmente es de sólo el 14%. "La escasez de dinero ha provocado un retraso de todos los pagos, al tiempo que ha hecho florecer el trueque", señaló.
La inflación se disparó en septiembre, alcanzando el 43,3% en los primeros 14 días (el 35,7% en la primera semana y el 5,6% en la segunda), lo que constituye el récord desde enero de 1992, cuando los precios fueron liberalizados. La inflación interanual antes de la crisis no superaba el 10%.
