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Moneo quiere que se reconozca el edificio del Prado por sus esquinas

En primavera podrían iniciarse las obras del edificio que Rafael Moneo ha diseñado para acabar con tantos años de incertidumbre en el Prado de San Sebastián. Un edificio longitudinal que costará a las arcas municipales entre cinco y seis mil millones de pesetas y que albergará, según estimaciones del propio autor del proyecto, a unos 1.500 funcionarios municipales. El alcalde -o alcaldesa- que gane las elecciones del próximo año seguirá en las actuales dependencias de la plaza Nueva.

Rafael Moneo, que en 1996 obtuvo el premio Pritzker, el equivalente al Oscar de los arquitectos, explicó ayer dos veces el proyecto. Primero, a los miembros de la Gerencia Municipal de Urbanismo; después, a los medios informativos. "Siempre es un reto construir en una ciudad de sombras vivas como Sevilla", dijo Moneo en presencia de Soledad Becerril, quien está dispuesta a poner fin con este edificio a la actual dispersión de los servicios municipales por diversos locales de la ciudad que serán enajenados para facilitar la financiación del proyecto. Será el tercer trabajo de Moneo en Sevilla. Ya diseñó el edificio de La Previsión Española junto a la torre del Oro y la nueva terminal del aeropuerto de San Pablo. "No es verdad que funciones mejor el edificio que el aeropuerto", comentó el arquitecto. "Sevilla necesita un aeropuerto para estar comunicada con París, Londres y Barcelona". Moneo aplaudió la idoneidad del espacio. "Parece difícil encontrar otro solar con esta accesibilidad, entre el casco de la ciudad y las área de nueva población". En su línea didáctica, el arquitecto que diseñó la nueva sede del festival de cine de Venecia usó una imagen muy cinematográfica para avanzar los resultados. "En una visión lejana, será un edificio muy frontal, muy orientado al sur; en una perspectiva más próxima, va a verse mucho en sus esquinas". Le dará importancia extrema a las dos esquinas del edificio, que comparó con la proa y la quilla de un barco. De acuerdo con el entorno de la plaza de España y la antigua Fábrica de Tabacos, sede de la Universidad, ha elegido un material tradicional, el ladrillo prensado, "el mismo ladrillo que usó Aníbal González". En La Previsión Española usó torreones, celosías y tejas vidriadas. En este caso, confía en la propia estética de este edificio de seis plantas, 23 metros de altura y 24.000 metros cuadrados construidos. Los planos de este Ayuntamiento sin alcaldía conviven ahora con otros proyectos del arquitecto de Tudela: un hotel de viajeros en Berlín, un museo de Bellas Artes en Houston, una serie de zocos en Beirut y el Kursaal de San Sebastián, construido en la desembocadura del Urumea sobre el demolido casino donostiarra.

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