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LAS RELACIONES GOBIERNO-PSOE

Aznar reitera su oferta de diálogo pero pide al PSOE que resuelva sus problemas de liderazgo

"No puedo hacer otra cosa que reiterar mi oferta de diálogo sin condiciones". El presidente del Gobierno, José María Aznar, que se encuentra de viaje en Colombia, respondió así a la petición del candidato socialista, José Borrell, que ayer le emplazó a que pusiera fin a la política de rencor que ha crispado a la sociedad española. Aznar rechazó que haya un riesgo de fractura en la sociedad española por el enfrentamiento que existe entre el Ejecutivo y el primer partido de la oposición, tal y como sostiene su futuro rival en la carrera hacia La Moncloa, y retomó un viejo argumento del Gobierno y el PP desde que los socialistas estrenaron el sistema de bicefalia surgido tras las primarias: instó al PSOE que resuelva cuanto antes la encrucijada "por ver qué camino sigue y qué persona lo hace".

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Aznar, que dijo no sentirse "causante ni beneficiario" del caso Marey, señaló que no es bueno ni conveniente mantener un debate público sobre la posibilidad de indultar a los ex altos cargos socialistas del Ministerio del Interior condenados, y agregó que no va a tolerar que esa facultad de conceder medidas de gracia que corresponde al Gobierno "responda a presiones, a algaradas, a desautorizaciones del Poder Judicial o de la independencia de la justicia". Pese a todo, apuntó que los indultos se podrían contemplar en el marco del Estado de derecho y buscando "el bien común".En la conferencia de prensa conjunta con el presidente de Colombia, Andrés Pastrana, Aznar aprovechó las preguntas de los medios de comunicación para responder a la declaración del candidato del Partido Socialista y rechazar en términos enérgicos la llamada Declaración de Lizarra, el documento firmado en la localidad navarra de Estella (Lizarra en euskera) por IU y los partidos nacionalistas vascos, incluida Herri Batasuna. El jefe del Ejecutivo español llegó a calificar como una "burla" a las ansias de paz de los ciudadanos vascos el citado documento. Aznar admitió a regañadientes las preguntas sobre la situación política española, que la propia prensa colombiana describe como de profunda división. El jefe del Ejecutivo puso especial énfasis en negar que haya existido riesgo de fractura social, a raíz de la sentencia del caso Marey, porque la "madurez de la sociedad española" ha desacreditado esos intentos.

Aznar devolvía la pelota al PSOE, al que, sin nombrarle, acusó de haber intentado primero una fractura social, después una fractura institucional por sus críticas al Poder Judicial y finalmente una fractura política por la ruptura del diálogo con el Gobierno. En el fondo, palpitaba la acusación formulada reiteradamente por los socialistas del aprovechamiento político realizado por el PP, primero en la oposición y luego en el Gobierno de los crímenes cometidos en la lucha antiterrorista para desacreditar primero a la gestión de Felipe González, y después al primer partido de la oposición. "El Gobierno no ha sido ni causante ni beneficiario" del caso Marey, señaló Aznar.

El presidente del Gobierno reiteró la necesidad de restablecer el diálogo con el PSOE para abordar sin condiciones previas temas tan importantes como la reforma del Tribunal Constitucional o la política antiterrorista. No pudo, sin embargo, dejar de criticar la propuesta formulada por el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, que pidió a Aznar que fijara una posición pública y firme frente a una eventual tregua de ETA. "No se deben hacer ofertas individuales en periodos electorales", señaló Aznar, que a continuación anunció que en caso de que ETA hiciera alguna propuesta en ese sentido, no la tomaría siquiera en consideración. "Yo sé quienes no quieren la paz", agregó.

Aznar hizo esa reflexión en el marco de una crítica radical al documento firmado por el denominado foro de Irlanda, que dijo rechazar tanto en el fondo como en la forma. En su opinión es una actitud irresponsable jugar con las ansias de paz del País Vasco y ni HB puede fijar quiénes son los demócratas más o menos dialogantes ni los demócratas pueden aceptar que HB dicte los elementos básicos del diálogo. "Ni siquiera condenando un asesinato", remachó.

Tras reiterar que el diálogo debe mantenerse en la Mesa de Ajuria Enea, a la que se sientan aquellos que desean la paz y de la qe queda excluida HB, Aznar subrayó que no daría ninguna credibilidad a "algún anuncio proveniente de sectores que no desean la paz". Sin mencionar al PNV, con el que mantiene un acuerdo parlamentario, ni a IU, el presidente del Gobierno pidió que no se confunda a la sociedad vasca y exigió a los partidos firmantes del documento mayor responsabilidad en sus actos.

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