Un grave error informático interrumpe el primer día de las elecciones en Bosnia

, Un error de los ordenadores, que enviaron censos de votantes equivocados, trajo de cabeza ayer a los responsables de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), encargada de velar por la buena marcha de las elecciones generales de Bosnia-Herzegovina. A primera hora de la tarde de ayer, primer día de las elecciones, cuyo cierre está previsto para hoy a las 16.00, la OSCE reconoció que todavía no habían abierto 51 colegios, como consecuencia del fallo informático.

Con actividad febril, los responsables de la OSCE se esforzaban ayer por tierra, aire y las vías cibernéticas del correo electrónico, en subsanar el error de los ordenadores, que dejó muchos colegios cerrados y a los votantes sin poder ejercer su derecho. Para complicar más las cosas, el día amaneció nublado y por la tarde tremendos chaparrones invitaban a quedarse en casa. Debido a las malas condiciones meteorológicas, el alto representante de la comunidad internacional, el exministro de Asuntos Exteriores español Carlos Westendorp, no pudo aterrizar en Banja Luka, la capital de la República Srpska (de los serbios), tras haber visitado a primera hora los colegios electorales de Mostar, en la región de Herzegovina. Los pilotos alemanes del helicóptero se disculparon ante Westendorp, a quien depositaron en Sarajevo, en vez de en Banja Luka.

Las elecciones más vigiladas y controladas del mundo, por más de 30.000 efectivos de la Fuerza de Estabilización (SFOR) y más de 2.000 observadores de la OSCE, sufrieron ayer un serio percance por una mala pasada de los ordenadores. La portavoz de la OSCE, Nicole Szulc, justificaba ayer en Sarajevo, con gesto resignado: "Un error informático puede pasar en cualquier parte del mundo".

Colegios cerrados

Por la mañana, hacia las 11.00 en Mostar, Westdendorp recibía el parte de la marcha de las elecciones: 332 colegios, de un total de 2.650, no habían podido abrir sus puertas por los defectos del censo. La situación produjo cierta tensión en algún que otro lugar donde se dio la circunstancia de que los colegios en el lado musulmán pudieron abrir y los croatas no.En un colegio electoral de la zona croata de Mostar, un matrimonio en torno a los 60 años, jubilado él y ama de casa ella, salían de votar y respondían a las preguntas de este periódico como si fuesen la encarnación misma del votante ideal, ese que desea la comunidad internacional para superar las barreras étnicas en Bosnia-Herzegovina. Declaraba el marido que ellos votaban por el mejor programa para la industria o la educación y "es preferible una Bosnia-Herzegovina unida que separada". Reconocía el marido la importancia del factor de la nacionalidad al elegir candidato, "pero lo más importante es el programa y votaría a un musulmán, si presentase un programa mejor". A su lado la mujer asentía y comentaba el marido que habían conversado a la hora del desayuno sobre el voto, "pero no sé si en la cabina respetó lo que habíamos hablado".

Todo indica que en las elecciones que concluyen esta tarde todavía los factores nacionales pesarán más que los programáticos. Las diferencias son todavía casi insalvables, las heridas de la guerra muy recientes y en Mostar, como en tantos otros lugares de Bosnia-Herzegovina, a la vista.