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Pablo Carbonell, un fenómeno

Antes que se iniciara la Fira de Tàrrega, Pablo Carbonell ya había agotado todas las localidades. El vocalista de los desaparecidos Toreros Muertos y colaborador habitual de El Gran Wyoming en Caiga quien caiga, con un espectáculo en el que canta y charla usando un humor absurdo y surrealista, fue el primer sorprendido de su éxito en la feria y dijo, en rueda de prensa, que hacía poco que había actuado en Rubí ante sólo 40 espectadores y que había cobrado con un cheque sin fondos. "Uno actúa para ganarse la vida, no para perder dinero", lanzó. En su faceta de reportero absurdo, Carbonell señaló que el presidente José María Aznar y la ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre, a los que acusó de falta de sentido del humor, le tienen miedo y evitan hablar con los periodistas cuando entre ellos detectan su presencia. Entre sus proyectos, mencionó la grabación de su primer disco en solitario y una película junto con Albert Pla, basada en la obra teatral Caracuero, en la que ambos formarían pareja homosexual. También reconoció Carbonell ser un mal cantante y haber aprendido a estar en escena copiando, en sus inicios, a El Gran Wyoming.

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