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Uno de los detenidos reconoce un plan contra la discográfica de Campoy

Miquel Degà, el empresario musical detenido el pasado miércoles en Barcelona acusado del intento de asesinato de un ex-socio y de preparar la eliminación física de otras cuatro personas competidoras de su empresa, pasó ayer a disposición judicial. Junto al empresario, fue conducido ante el juez Enrique Ferrer, un hispano-mexicano contratado supuestamente por Degà. Ante la policía, Ferrer reconoció la existencia de un plan.

También fueron conducidos ante el juez los tres sicarios mexicanos que tenían que convertirse en ejecutores de las muertes. Degà, enfrentado en los tribunales y en una feroz lucha comercial con su ex-socio Ricard Campoy, contrató supuestamente a los mexicanos y los trajo a Barcelona, según la versión policial, para que mataran a Campoy, al padre y a la hermana de éste y a dos directivos -uno mexicano y otro español- de la empresa Vale Music. Campoy, tras pelearse el año pasado con Degà por cuestiones de dinero, creó la discográfica Vale Music, competidora directa de Max Music, el primer sello discográfico independiente español fundado por Campoy y Degà en 1983. Degà y los cuatro sicarios han permanecido incomunicdos entre ellos durante los dos días de interrogatorios policiales. Así seguían ayer en los calabozos de los juzgados a última hora de la tarde de ayer a la espera de declarar ante el juez de guardia. Degà sigue sin querer declarar ante la Policía, pero Enrique Ferrer ha reconocido en los interrogatorios la existencia del plan para eliminar a la competencia de Max Music, aunque él asegura no haber participado en el mismo. Josep Maria Castells, el pinchadiscos a quien los matones mexicanos secuestraron el pasado día 3 al confundirle con Campoy, su verdadero objetivo y a quien presuntamente tenían que asesinar, ha reconocido a los cuatro sicarios como los autores de su secuestro. La policía continúa con sus investigaciones sobre el caso en Barcelona pero ahora, además, ha extendido sus pesquisas hasta Mexico a través de la Interpol. Precisamente ayer llegaron a Barcelona dos altos funcionarios de la policía mexicana -uno de ellos es el jefe de la Interpol de aquel país- para estudiar el tema y ver si se trata de un caso aislado o responde a algun intento de la mafia mexicana de exportar sus matones.

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