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Entrevista:

"El cine español actual está muy cerca de la "telebasura"

Maribel Marín Yarza

"El cine español actual está muy cerca de la telebasura". Al director de cine Vicente Aranda (Barcelona, 1926) no le asusta proferir críticas feroces que puedan alimentar intensas polémicas. Ni cuando se le acusa de incluir una dosis excesiva de sexo en sus películas, ni cuando se trata de dar una opinión sobre su nueva generación de colegas. Por eso Aranda, quien ayer participó en San Sebastián en un seminario sobre cine dentro de los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco, no titubea al sentenciar: "Me parece que la situación de la cinematografía española de hoy es más bien triste. Las recaudaciones han subido con películas que, a mi modo de ver, están más cerca de eso que en televisión se llama telebasura, que del cine que a todos nos gustaría que se implantase". Este cineasta, quien desde 1973 ha engordado su currículo con una lista de 21 producciones, estima que el espectador de cine tiene una apetencia de conocimiento que debe ser cubierta por los realizadores. Y advierte: "Estas películas que se combinan con palomitas no la satisfacen, aunque, por fortuna, toda producción de éxito se convierte en una sonda y explica cosas". Su crítica se extiende, sobre todo, a las producciones de las nuevas hornadas de realizadores, cuyas cintas están cosechando un importante reconocimiento de la taquilla. "La mayoría de estas producciones no responden a una intención de comunicación seria con el público", insiste; "son operaciones puramente comerciales o astucias que consiguen llegar al público de una manera a veces ni soñada". Y a modo de ejemplo se detiene en el fenómeno de Airbag, de Juanma Bajo Ulloa; Abre los ojos, del joven cineasta Alejando Amenabar, y Torrente, el brazo tonto de la ley, de Santiago Segura. Aranda considera que las tres "han tenido unos resultados que no creo que pudiesen soñar". No denota celo profesional, sino convicción sincera en otra forma distinta de hacer cine, en un momento en que la industria cinematográfica española "no existe". Para el realizador catalán "ha habido una aproximación en otros tiempos", la época en la que "Pilar Miró hizo una legislación muy sensata y sabia para el cine, que consistía en dejar que fueran los directores los que determinaran la película". Aranda cree que se ha caminado hacia atrás en esta cuestión con la política cultural que ha venido desarrollando el PP. "Prefiero, en cualquier caso, la situación de hace tres años, cuando las películas que se situaban en la cabeza de la lista para el público, por lo menos pretendían establecer una comunicación con el público". Su crítica alcanza también a las subvenciones. "Las ayudas del cine español están mal estructuradas", insiste. "Berlanga lo dice muy bien: para arreglar la cinematografía española sólo hace falta una secretaria que copie bien la ley francesa". En Francia existe una legislación que favorece la inversión en el cine desde el punto de vista fiscal. "Nada hace suponer", indica el cineasta, "que eso no funcione en España". Vicente Aranda cuenta en su filmografía con un buen número de películas que no parten de guiones originales, sino que nacen de novelas. La mirada del otro, La pasión turca, La muchacha de las bragas de oro o Si te dicen que caí son un buen ejemplo del arte que caracteriza a Aranda para llevar la literatura al cine. El director prefiere recurrir al texto escrito sin ambición de llegar a la pantalla. "En España existen guionistas, pero desde un punto de vista personal es como si no los hubiera, porque tengo que fabricar mi propio guión en cada ocasión". Asegura que en los años que lleva trabajando "nunca" ha encontrado un texto del que haya querido apropiarse. Y duda "que pueda suceder" porque no cree "en el guión autónomo" y tampoco en que las historias desmerezcan del texto a la imagen. "Me parece una falacia. Creo que es al revés, que en la mayoría de los casos ganan, porque están más objetivadas y mejor resumidas". El veterano cineasta trabaja ahora en Celos, un proyecto que se le está "eternizando entre las manos". La selección del reparto le está llevando más tiempo del que pensaba, por lo que el rodaje, que pensaba concluir inicialmente antes de Navidades, no finalizará hasta principios del año próximo. Por el momento, espera la respuesta de Aitana Sánchez Gijón, quien rueda actualmente Volaverunt con Bigas Luna, para encabezar el cartel. La actriz es lo único perfilado del reparto. Celos aspira a tener ingredientes "muy distintos a cualquier película" que él haya hecho. "Pero si me piden una comparación diría que tiene algo en común con Amantes", la producción más celebrada de cuantas ha realizado. También "está basada en un hecho real que incorpora un crimen. Pero, al margen de estas coincidencias, será muy distinta", indica. De esta película cabe esperar escenas de sexo de menor intensidad que en anteriores producciones, si se toman sus declaraciones como guía. "Ahora trato de ser discreto. En otros tiempos sentía una complacencia que tengo superada. Me sigue interesando por qué es tan importante y por qué en un momento determinado crea situaciones tan tremendas que se llega al crimen". Habrá que esperar al año próximo para ver el resultado.

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