VAN A LIBERAR A WILLY
Keiko, la ballena blanca y negra protagonista del filme Liberad a Willy, va a ser liberada en la vida real. El animal, que se encuentra ahora en un acuario de Newport, vivirá en el futuro en las aguas del Atlántico, alrededor de las islas Vestmann, en Islandia, dentro de un programa de rehabilitación de cetáceos en una escala jamás intentada. Hace 20 años, cuando aún era un pececillo, Keiko fue capturada en las costas de Islandia y trasladada a un acuario en Ciudad de México. Allí fue detectada por un equipo de la Warner Brothers y seleccionada para el filme que la hizo famosa. Tras el éxito de la película se hizo patente la ironía de la situación real de la ballena. Encerrada en un tanque de agua demasiado pequeño para ella y a una temperatura excesiva, padecía varias enfermedades y su salud se iba deteriorando. Entonces se creó la Fundación Liberad a Willy Keiko, que le ofreció refugio en Oregón en 1996. Hasta ahora el mantenimiento y la manutención de Willy ha costado 10 millones de dólares (unos 1.500 millones de pesetas). Sin embargo, ha habido aspectos muy positivos: la ciudad de Newport se ha convertido en uno de los destinos turísticos favoritos de los niños y la salud de Keiko ha mejorado hasta el punto de que ha ganado unos 850 kilos. Ahora Newport tiene que despedirse de su mascota favorita. Ayer inició un viaje en un camión gigante que la llevó a un avión especialmente preparado en el que, tras nueve horas de vuelo, llegará a Islandia hoy. Allí se le ha construido un alojamiento en una bahía que ha costado otros 12 millones de dólares. Desde allí se prepara su liberación definitiva a las aguas del océano. Sin embargo, aparte de algunas críticas por el coste de la operación, existen dudas sobre lo adecuado del proyecto. No se sabe qué tipo de recuerdos tiene Willy de su vida salvaje después de dos décadas entre catadores y niños. Tampoco se conocen sus habilidades de comunicación con otras ballenas, ni si podrá cazar peces para alimentarse. Incluso su edad, 20 años, sobre una media de vida de las orcas de 30 años, puede ser excesiva para el experimento.-
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