La primera "caja negra" del avión de Swissair no registró los datos finales
La primera caja negra del avión de Swissair que el miércoles cayó al Atlántico con 229 personas a bordo no registró ningún dato "por debajo de los 10.000 pies", según revelaron ayer los investigadores. Ésa fue la altura a la que los controladores también perdieron el contacto con el aparato, por lo que continúa la incógnita sobre los últimos minutos del vuelo. Las miradas están ahora puestas en la segunda caja negra, localizada pero aún no recuperada debido al mal tiempo.
Vic Gerden, jefe de la investigación del accidente ocurrido en las costas canadienses, declaró anoche que la parada brutal de las grabaciones puede deberse a un fallo en la alimentación eléctrica, ya que la caja negra se encontraba en "buen estado". Aunque los últimos minutos de vuelo no están grabados, dijo, el registro permitirá por ejemplo explicar la presencia de humo en la cabina."No había pánico ni sentido de urgencia en la voz del piloto, pero por el sonido de la voz parece que el piloto que hablaba tenía colocada la mascarilla de oxígeno" , dijo Gerden.
La segunda caja negra está en el fondo marino, a unos 60 metros de profundidad frente a Peggy"s Cove, una localidad pesquera en Nueva Escocia. "Sabemos dónde está, pero aún no la hemos podido recuperar debido al mal tiempo", declaró un portavoz de la Marina canadiense.
La Marina cree que ha captado las señales de radio que envía la segunda caja negra, la cual contiene las grabaciones de las conversaciones mantenidas por los pilotos en la cabina del McDonnell Douglas 11 cuya caída causó la muerte de los 215 pasajeros y 14 tripulantes. Una de las víctimas era el español Carlos Mendo.
La aeronave destruida había despegado la noche del pasado miércoles del aeropuerto internacional John F. Kennedy, de Nueva York, con destino a Ginebra. Una hora y 40 minutos después (22.14, hora local, 3.14 del jueves, hora peninsular española) el piloto declaró la emergencia y solicitó un aterrizaje en el aeropuerto de Halifax (Canadá).
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