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Maragall hará una colecta para financiar su campaña y dará los nombres de los donantes

El socialista Pasqual Maragall quiere aires nuevos en su campaña electoral para la presidencia de la Generalitat. Además de limitar la presencia de símbolos y de dirigentes de su propio partido (algo que ya hizo en la última contienda por la alcaldía de Barcelona, en 1995), Maragall quiere romper con el tono clásico de las campañas. De momento, procura acudir solo -sin chófer, ni escolta, ni acompañantes del partido- a sus citas preelectorales. Mientras, su equipo pone a punto el lanzamiento de una colecta de fondos en la que los nombres de los donantes y la cuantía de los donativos serán públicos.

Una de las innovaciones más llamativas de la campaña electoral de Pasqual Maragall será la puesta en marcha de una colecta de fondos para financiar su carrera hacia la Generalitat. Al estilo de las fund raising estadounidenses, la oficina del candidato socialista prevé hacer públicos los nombres de los donantes, así como la cuantía de sus aportaciones. El equipo de Maragall no ignora que esta iniciativa, insólita en la cultura política española, puede desalentar a posibles donantes que exijan el anonimato como condición para contribuir a sufragar los gastos de la campaña. Pese a ello, está convencido de que los beneficios en imagen compensarán con creces esa eventualidad. La actual legislación española sobre financiación de los partidos autoriza aportaciones anónimas sólo en el caso de que el conjunto de éstas a una formación política no sobrepase el 5% de la subvención asignada a ese mismo partido por el Estado. En cuanto a las donaciones no anónimas de una misma persona o entidad, no pueden ser superiores a 10 millones de pesetas anuales. Sin chófer ni escolta Los regantes del canal de Urgell que esperaban a Pasqual Maragall el miércoles pasado en Mollerussa se quedaron sorprendidos al ver llegar al candidato socialista a la presidencia de la Generalitat al volante de su Ford Escort familiar, sin guardaespaldas, ni chófer, ni cohorte de asistentes, colaboradores o miembros del Partit dels Socialistes (PSC). Únicamente le acompañaba un miembro de su recién creado equipo de campaña. Así ha acudido Maragall a la mayor parte de las citas, reuniones y visitas de carácter preelectoral que ha realizado en las últimas semanas. Y así tiene previsto seguir haciéndolo hasta que el clima electoral suba de tono, su agenda se vaya apretando y los actos en los que participe sean más multitudinarios y, por tanto, más inseguros, según fuentes de su oficina electoral. Siguiendo la línea de su campaña en las elecciones municipales de 1995, la propaganda de Maragall en su pulso con el nacionalista Jordi Pujol se centrará fundamentalmente en la imagen del candidato y prescindirá en lo posible de los símbolos y la parafernalia del PSC. Esta táctica de distanciamiento de su propio partido, considerada esencial para cosechar apoyos entre el electorado de centro izquierda no socialista, implicará también que en los mítines de Maragall por lo general no habrá más oradores que él. No será éste el caso, sin embargo, del acto que mañana marcará el arranque de la carrera electoral de Maragall. El candidato socialista, acompañado por el primer secretario del PSC, Narcís Serra, y el actual líder parlamentario del partido, Joaquim Nadal, presentará mañana por la tarde en el Palau de la Música el proyecto catalanista del PSC. Bajo el lema Per Catalunya, el manifiesto que presentarán Maragall, Serra y Nadal reitera las tesis federalistas de los socialistas catalanes -que de momento no exigen más reforma constitucional que la que afecta al Senado- y apuesta por un autogobierno fuerte implicado en la construcción de una España federal y una Europa subsidiaria (véase EL PAÍS del pasado sábado). Tras el acto de mañana, Maragall pretende volver al ritmo lento de aceleración progresiva que sus asesores le aconsejan para evitar quemar cartuchos antes de tiempo. Igualmente, el candidato socialista seguirá evitando en lo posible el choque frontal con su rival Jordi Pujol.

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