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X BIENAL DE ARTE FLAMENCOMARIO MAYA BAILAOR Y COREÓGRAFO

Alumnos de Japón, EE UU y Suecia llegan a Sevilla a "empaparse" de los maestros del flamenco

Margot Molina

Chizuko Otsuka no tenía ni idea de lo que era el flamenco cuando, hace unos 20 años, una amiga la invitó a un tablao en su primera visita a Madrid. El encuentro cambió su vida y hace ya una década que enseña flamenco a sus compatriotas en Tokyo. Chizuko es una de los 80 alumnos que comenzaron ayer los cursos de baile, guitarra y percusión de la Bienal de Arte Flamenco de Sevilla. Además de japoneses, por las aulas pululan estadounidense, latinoamericanos, alemanes, suecos e italianos. Todos tienen un buen nivel y vienen a aprender de los grandes maestros.

"Sentí que aquello tenía mucha fuerza y mi corazón se llenó de sentimientos calidos". Así describe Chizuko Otsuka, nacida en Tokyo hace 49 años, su primer encuentro con algo tan lejano, entonces, como el flamenco. Ella era actriz pero, desde hace diez años, se dedica exclusivamente a impartir clases de baile en su ciudad. La Bienal es para ella una cita ineludible y los cursos que se ofrecen este año le permitirán hacer un reciclado acelerado con una de las figuras que más admira: Mario Maya. "Para una persona de una cultura tan distinta como la mía, el flamenco es muy difícil, pero yo soy muy valiente", asegura Otsuka. Entre los 25 alumnos del curso de Maya, está Luna, una sueca de 22 años que ha heredado el gusto por el flamenco de sus padres. Luna, que no tiene ninguna ascendencia española, se gana la vida en su ciudad, Gotemburgo, enseñando los primeros rudimentos del baile a otros aficionados aún más jóvenes que ella y, además, forma parte de un grupo flamenco sueco-español. "En Suecia no hay mucha afición, pero ahora parece que se anima más la cosa porque el flamenco y el tango se están poniendo de moda", comenta Luna. Entre el 40% de extranjeros que se han apuntado a los cursos -muchos de ellos se han enterado vía Internet-, se encuentra un novato en la Bienal. Makoto Saito, un estadounidense de origen japonés de 27 años, no ha dudado en viajar a Sevilla para asistir al primer curso de percusión que ofrece Manolo Soler. "Todo el mundo que está relacionado con el flamenco conoce la Bienal. Me gustaría tocar en un grupo profesional, pero en Estados Unidos porque en España es más difícil", dice. José Antonio Rico, de 19 años, ha llegado desde mucho más cerca: Motril (Granada). Pero ha tenido que invertir sus "ahorrillos" para aprender guitarra de la mano de Daniel Navarro El Niño de Pura. En los cursos, que también imparten la bailaora Matilde Coral y el guitarrista José María Gallardo del Rey, el idioma común son las palmas.

Un musical de ida y vuelta

La Mar de Música, el espectáculo de Mario Maya que se estrena hoy en la Bienal de Arte Flamenco de Sevilla lleva por subtítulo De Cádiz a Cuba porque recréa los intercambios culturales y comerciales entre las dos orillas del Atlántico hasta 1898, año en que España perdió la isla. En el montaje, coproducido por la Consejería de Cultura y la Bienal, intervienen una treintena de artistas y cuenta con la dirección escénica de Ricardo Iniesta. El peso del baile recaerá en la pareja protagonista formada por Rosario Toledo y Rafael Amargo.

"Ya estoy cansado de bailar"

Mario Maya consiguió multiplicarse ayer para comenzar su curso de baile y dirigir el ensayo general de La mar de música, un espectáculo que ha creado por encargo de la Bienal de Arte Flamenco y que se estrenará esta noche en el teatro de la Maestranza de Sevilla. El bailor y coreógrafo no subirá al escenario en este montaje. Algo que, aunque no lo ha anunciado oficialmente, hace ya cada vez menos. Pregunta. ¿Ha decidido dejar de bailar definitivamente? Respuesta. La danza tiene sus límites. Te pasa el recibo de todo, de lo que comes, de lo que bebes. Cada uno tiene que ser honesto y conocer sus limitaciones. Ya estoy cansado de bailar. P. ¿Seguirá entonces con la coreografía y la creación de espectáculos? R. Si, me siento muy a gusto creando espectáculos, trabajando con la imaginación. Pienso que el ser humano está bien dosificado. Cuando eres joven tienes la necesidad de emplear toda tu energía, después, cuando te haces mayor, lo que haces es trabajar con el intelecto. P. ¿Actualmente, para llenar un teatro hay que hacer Nuevo Flamenco? R. No, hay que tener imaginación y creatividad. La palabra nuevo me da miedo. habrá pocas cosas nuevas en esta Bienal. P. ¿Tiene la Bienal de Arte Flamenco el tratamiento que se merece? R. No lo se. Parece que la Administración está apostando por el flamenco. Pero el esfuerzo debería ser más contínuo y estar mejor programado. P. ¿Qué quiere decir cuando afirma que La Mar de Música es un espectáculo totalmente diferente? R. Es un musical que recrea las corrientes culturales que unían a Cuba y Andalucía en el siglo pasado. Con este montaje he dado otra vuelta de tuerca en mi carrera porque es muy divertido, no tiene nada de dramático, está lleno de color y sensualidad. Lo he pasado muy bien durante los seis meses que llevamos trabajando.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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