Transporte en los pueblos
Paso parte de mis vacaciones en un pequeño pueblo de la sierra de Ávila (Cabezas del Villar), donde nací. Un pueblo pobre, pero hermoso, cuyo principal recurso es la ganadería. El pasado mes de agosto tuve que desplazarme a la capital de la provincia, Ávila, situada a 48kilómetros del mismo, y para ello recurrí al autobús de línea que pasaba todos los días a las ocho de la mañana. Mi sorpresa y la de las otras personas que estaban en la parada -flamantemente acondicionada por la Junta de Castilla y León este año- es que transcurría el tiempo y el autobús no venía.Uno de los pasajeros advierte que había oído que ya no iba a haber autobuses porque no le resultaba rentable a la empresa concesionaria. Manifestamos nuestra extrañeza de que al menos en la parada hubiera un cartel que avisara de esta medida. Llamamos a la central de autobuses y nos confirman lo anterior. La solución que nos ofrecen es un taxi que nos costará 4.000pesetas. Han pasado los días y al parecer se ha restablecido el servicio, que sólo funcionará los lunes y los viernes; el resto de los días, quien no tenga coche particular -hay un alto porcentaje de personas mayores que no lo tienen- no podrá salir del pueblo, salvo que utilice el servicio de taxis, que lógicamente sólo algunos podrán pagar, incluso para necesidades tan elementales como acudir al médico.
Se quejan, y con razón, las gentes del lugar de que los políticos sólo hablan para los habitantes de las ciudades y que los pueblos agonizan ante la desidia de unos gobernantes que sólo acuden a ellos cuando necesitan sus votos.
No es el problema de un pueblo aislado, son muchos de esta zona los que se están quedando sin transporte público, sin agua potable, sin colegios... Es una realidad que está dejando desiertos nuestros pueblos y que hace que se posen en ellos ojos peligrosos que buscan lugares despoblados donde, por ejemplo, instalar un cementerio nuclear.
Estos pueblos y sus gentes -que pagan impuestos por algo que no reciben- tienen derecho a disponer de los servicios más elementales y, qué duda cabe, tanto el agua potable como el transporte público son fundamentales para su subsistencia.- .
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