_
_
_
_

Juicio contra 14 guardias por golpear a un preso en Soto del Real

Catorce funcionarios de la cárcel madrileña de Soto del Real tendrán que sentarse el próximo 16 de septiembre en el banquillo de los acusados por malos tratos y lesiones a un recluso de origen árabe, al que supuestamente golpearon brutalmente y luego dejaron esposado a una cama. El juicio contra los 14 funcionarios se celebrará en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Colmenar Viejo, y en él intervendrá como acusación particular la Asociación contra la Tortura.

El denunciante de los hechos, catalogados por el juez como una falta de lesiones, es Mohamed Amran, de 27 años. Los juicios de faltas carecen de fase instructora, por lo que será durante la vista oral cuando el juez, a la vista de las pruebas que aporten las partes, determine si castiga o no a los guardias.Los hechos se iniciaron supuestamente el viernes 19 de diciembre de 1997. Dos internos -Mohamed Amran y Walter Gabriel Pinto- "fueron privados" ese día de una de las "horas de patio que legalmente" les corresponde, explica la Asociación contra la Tortura.

Por ello, el sábado día 20 ambos internos exigieron que se les dejase estar una hora más en el patio. Los guardias se negaron. Se originó una discusión y, finalmente, los presos optaron por volver a sus celdas sin conseguir su objetivo. "Cinco minutos después", según la Asociación contra la Tortura, "se presentaron seis guardias en la celda de Walter Gabriel y le llevaron a otra vacía, donde le golpearon con porras de goma y le dieron patadas y tortazos". Este interno no ha denunciado esta agresión, pero sí otra, de mayor calado, en la que figuran encartados varios funcionarios de Soto a los que acusa de propinarle una paliza que le costó un mes de hospitalización.

"Cacheo con desnudo"

Con posterioridad, los guardias que supuestamente habían agredido a Walter Gabriel se presentaron en la celda de Mohamed y le ordenaron que se desnudase para un cacheo. Justo cuando se quitaba el abrigo y éste cubría su rostro, "se echaron sobre él, le esposaron y le espetaron: "¿Quieres la hora que te quitaron ayer? Pues toma hora", dándole patadas, puñetazos y porrazos". Ante los gritos de Mohamed, entraron en la celda "unos 12 guardias con porras, chalecos antibala y escudos". Le sacaron de la celda y, en el pasillo, "le tiraron al suelo, boca abajo y esposado, y prosiguieron golpeándole mientras uno de ellos le sujetaba la cabeza contra el suelo". Todo ello ocurrió "en presencia del médico y del jefe de servicio que estaban ese día de guardia", según la versión de la víctima. Finalmente lo llevaron nuevamente a la celda y le dejaron una pierna esposada a la cama. Mohamed pidió que avisasen a un médico, pero éste, según la denuncia, se limitó a prometerle que "le harían unas placas de rayos X", que nunca se le practicaron. El forense del juzgado le reconoció casi dos meses después. "Aunque para entonces la magulladuras habían desaparecido", precisa Silvia Hervás, abogada de la citada asociación.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_