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Un auditorio "high-tech"

VIENE DE LA PÁGINA 1 En cuanto al asunto del conservatorio, Joaquim de Nadal destacó que había "buena voluntad" en las conversaciones que el Ayuntamiento mantiene desde hace años con el Departamento de Enseñanza de la Generalitat, pero que "las cosas no se acaban de concretar". Dicho lo cual, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona se explayó sobre las características de la obra, significando que los suministros se producían "al ritmo previsto" y que el calendario del final de obra no presentaba "ningún problema", cabe deducir que más allá de los habidos hasta la fecha. A finales de diciembre la sala grande con todos sus equipamientos -camerinos, salas de ensayo, etcétera- estará concluida. Habrá tres meses para rodar los equipos, inauguración solemne en marzo y, a partir de abril de 1999, conciertos regulares, entre ellos los 15 que ya tiene fijados la OBC. En diciembre de ese año deberán también estar listas la sala pequeña, con capacidad para 700 localidades, y la polivalente (350 plazas). El ala reservada al conservatorio y al museo quedará para futuras inauguraciones, siguiendo el modelo segmentado del Eje Transversal, que es el que se impone últimamente en las infraestructuras del país por su alta rentabilidad política. De los contenidos culturales de esta nueva casa de la música de la ciudad no se dijo nada más. Por el contrario, abundaron los datos técnicos. La superficie total construida es de 42.500 metros cuadrados. Habrá costado 7.000 millones de pesetas -más lo que cuelgue por el lado del conservatorio y del museo, cuando toque-, a razón de 240.000 pesetas el metro cuadrado. El escenario ocupa una superficie de 300 metros cuadrados, con una boca escénica de 20 metros, e irá equipado con 50.000 vatios de sonidos y 100.000 de luz. Dispondrá de 42 puntos microfónicos para captar el sonido: la casa está enteramente cableada con fibra óptica, lo que permitirá emitir simultáneamente ocho señales de audio. Escondidos en el techo hay varios puntos de cables motorizados para cuando se requiera amplificar la música, así como una cortina automática en los laterales del escenario para cuando se requiera una mayor absorción. Políticamente será una sala muy correcta.Las 2.300 localidades tendrán visibilidad al 100% sobre la escena, sólo siete quedarán en penumbra. Habrá un denominado "bucle de ajuste auditivo" para personas con problemas de oído y 36 plazas fijas reservadas para sillas de ruedas. La sala tendrá 16 palcos. El de autoridades se halla situado discretamente a la izquierda, conforme se mira el escenario. En el tema de seguridad contra el fuego, De Nadal aseguró que el auditorio está equipado hasta los dientes. En cuanto a la refrigeración, ha sido montada sobre muelles para apagar vibraciones y el aire será impulsado por una motorización a bajo régimen de vueltas. La iluminación es toda indirecta, muy del gusto del sobrio Moneo. Ayer se informó de que de acuerdo con el aire de recogimiento general, la tapicería de las butacas será en tono verde oscuro. De los rótulos de señalización se hará cargo el diseñador América Sánchez. Por lo que puede verse hasta ahora, impera el revestimiento de madera clara y los estucos venecianos en beis. En los vestuarios el gresite es el rey. 450 millones al año Mantener el auditorio en funcionamiento costará 450 millones de pesetas al año, a razón de una media de 200 actos por cada una de las tres salas. Pero éste, como dijo De Nadal, es un problema de "rentabilidad comercial" al que deberá hacer frente el gerente del local, Miquel Lumbierres, presente en la visita.

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Los "gresites" del Auditorio
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