La Val d"Aran exige rebajas en los peajes de las vías que conectan con Francia para descongestionar la N-230

El síndic de Aran, Carlos Barrera, solicitará al Gobierno y a la Generalitat que exijan rebajas en los peajes de las principales rutas que enlazan España y Francia como medida para descongestionar la N-230 a su paso por el valle de Aran, tal como ya planteó la Generalitat en Tarragona, donde reclamó la reducción de peajes mientras no esté construida la rotonda entre Altafulla y Torredembarra. Barrera señaló que se reunirá con el subdelegado del Gobierno, Joan Barrios, y el delegado de la Generalitat, Josep Giné, para que ambas instituciones estudien los puntos de partida y de destino de los camiones que circulan por la N-230 para aplicar rebajas en los peajes de las dos rutas de conexión hispano-gala: el Eje del Llobregat a través del túnel del Cadí y el túnel francés de Puymorens, y la autopista A-7, que cruza La Jonquera. Esta solución ha sido solicitada por el síndic después de comprobar el incremento que ha sufrido el tráfico pesado en estos últimos meses, en los que se han contabilizado más de 400 vehículos diarios atravesando la comarca aranesa, y que sólo puede paliarse con una disminución en el precio de coste del viaje que lo haga competitivo con la ruta por una carretera nacional libre de pago. Actualmente, los camiones que utilizan la vía de Foix y el túnel de Puymorens tienen que abonar entre 3.000 y 5.000 pesetas en los peajes de ida y vuelta. A ello hay que sumar otra cifra que oscila entre 2.700 y 8.200 si se cruza el túnel del Cadí. Si la ruta escogida es la de La Jonquera, el uso de las autopistas A-7 y A-2 supone un pago de entre 8.000 y 10.000 pesetas, a las que se les añadirá el coste de los peajes en Francia. El alcalde de Vielha, Josep Calbetó, se ha unido a las protestas y ha solicitado al subdelegado del Gobierno que solucione el paso del tráfico pesado por el centro de la capital aranesa para evitar los accidentes en la entrada de la travesía, donde se encuentra el colegio público de la localidad. Calbetó insistió ante el subdelegado para que se apliquen medidas como la construcción de un tercer carril de desaceleración, la instalación de semáforos o la colocación de bandas rugosas que obliguen a los camiones a reducir su velocidad.