¿Ha tocado fondo la crisis en los mercados financieros?
Preguntas y respuestas sobre los efectos de la caída de las bolsas en los pequeños ahorradores
La reciente crisis de los mercados financieros se ha llevado por delante una buena parte de las ganancias de los inversores y, sobre todo, de los ahorradores que se convirtieron en capitalistas siguiendo la moda al uso de quedarse con las empresas que los gobiernos ya no quieren, a través de las privatizaciones. Hasta ahora, la mayoría de los compradores de acciones de estas empresas ganaban dinero y los vaivenes del mercado apenas les preocupaban, pero algunas de esas compras ofrecen en la actualidad un lamentable saldo negativo y son numerosos los ahorradores que se preguntan qué deben hacer en este caso. Ayer recibieron con alivio la mayor subida del año de Madrid, que deja, no obstante, el índice muy lejos del máximo anual.Las respuestas son tan variadas como el número de los interlocutores, pero todas ellas pasan por una explicación razonable de lo que ha sucedido en agosto.
¿Qué ha pasado? La reciente crisis de las bolsas ha tenido causas muy diversas en cada parte del mundo, pero el resultado final ha sido prácticamente el mismo debido al efecto de contagio entre mercados (el lógico miedo de los inversores a que pase lo mismo en la bolsa de su país y por eso intentan anticiparse vendiendo sus acciones).
La Bolsa española ha bajado arrastrada por el conjunto de Europa y por Estados Unidos, dos zonas económicas que se ven afectadas por los problemas de impago y de descenso de la actividad comercial con Asia y con Rusia.
El impago se produce como consecuencia de la devaluación de las divisas de esas dos zonas, puesto que los pagos internacionales se hacen en dólares y los Gobiernos de esos países deben contar ahora con una cantidad mayor de su moneda para juntar los mismos dólares.
El descenso de la actividad comercial es unilateral, esto es, son los países en crisis los que dejan de comprar los productos de Estados Unidos y Europa por su elevado precio, lo que hace bajar los beneficios y se refleja en la bolsa.
En buena parte, el mayor descenso de la Bolsa española en estos últimos días se debe a que los países de Centro y Suramérica se han visto envueltos en la crisis de las divisas, es decir, que estos países van a tener problemas para pagar sus créditos. Las empresas españolas iniciaron en los últimos años un proceso de expansión hacia esa zona, en particular los bancos Santander y Bilbao Vizcaya, Telefónica y Endesa.
Se estima que un 18,2% de los beneficios de las grandes empresas que cotizan en la Bolsa española, las del Ibex 35, están comprometidos con esa crisis, es decir, que, en el peor de los casos, esas sociedades dejarán de ganar ese 18% de sus beneficios totales.
¿Vender ahora? No es un buen momento. Las predicciones siempre tienen un fuerte componente de azar y ésta no escapa a la definición, pero la lógica del comportamiento económico de Europa y Estados Unidos frente al resto del mundo invita a pensarlo dos veces.
En primer lugar, hay que tener en cuenta la cantidad invertida y el plazo a que se pensó efectuarla. En general, los paquetes procedentes de las OPV (privatizaciones) son pequeños y, por tanto, no comprometen la economía familiar. Aun así, perder no es agradable y las empresas que se han privatizado lo han hecho a precios altísimos, por lo que recuperar algunos niveles va a resultar difícil.
Respecto del tiempo, lo adecuado es plantear plazos largos cuando se invierte en bolsa, aunque el calentamiento de que fue objeto la bolsa en los cuatro primeros meses de este año ha acostumbrado a los inversores a acumular ganancias con demasiada rapidez, algo que difícilmente se repetirá.
¿Cómo recuperar las pérdidas? Los inversores profesionales esperan a una reacción del mercado para promediar. Este tecnicismo consiste en adquirir algunas acciones más de la misma sociedad con la finalidad de hacer un precio medio más acorde con el nivel del mercado. Si se tienen 50 acciones de una sociedad compradas a 100 y ahora valen 60, se adquieren otras 50 acciones y el precio medio del paquete es de 80, con lo que la posibilidad de vender sin pérdidas está más cerca.
Si no se tiene prisa, las posibilidades de que esta operación salga bien son amplias, pero en general se hace para salir lo más deprisa posible; es decir, hay que estar muy encima de las oscilaciones del mercado.
¿Va a seguir la crisis? En este momento es una incógnita. Los dos principales focos del problema son Japón y Rusia, y en ninguno de estos dos países se prevén soluciones inmediatas. Rusia está en bancarrota y el equilibrio de fuerzas políticas en la Duma, el Parlamento ruso, hace imposible un acuerdo para la elección del primer ministro que acometa las soluciones necesarias para salir de la crisis.
Curiosamente, la situación de Japón es similar, salvando las distancias en cuanto a los recursos económicos. La oposición japonesa, con mayoría frente al partido del Gobierno, echó atrás las medidas adoptadas por el Ejecutivo para sanear el sistema bancario.
Los bancos japoneses arrastran cuantiosas pérdidas -no se conocen las cifras reales- por créditos impagados desde el final del boom inmobiliario y bursátil de los años 80. De su saneamiento depende la recuperación de la economía japonesa. En ambos casos, la pérdida de tiempo es un factor negativo para los mercados financieros.
¿España va bien? La economía española se encuentra bastante integrada en el área del euro, lo que teóricamente la sitúa bajo uno de los dos paraguas que existen en la actualidad. La Bolsa española, por su tamaño, no puede desligarse del conjunto de Europa, lo que le obliga a seguir la inercia del conjunto.
A principios de año, sin embargo, el mercado nacional sí que se desligó superando al resto en la velocidad de subida debido a la sorpresa del cumplimiento de los criterios de convergencia. La entrada de dinero que incluía desde ese momento a España en una cartera euro fue bien aprovechada para calentar muchos valores.
Ese sobreprecio del mercado español explica algo de la actual caída, pero no compromete cualquier reacción futura en el supuesto de que el conjunto de Europa la acometa. En los últimos meses, España se ha descolgado de la trayectoria europea en cuanto a inflación, aunque por el momento la desviación no parece insalvable.
¿Comprar ahora? La caída de las cotizaciones siempre ofrece una comparación favorable a los precios actuales, puesto que parecen más baratos y atractivos. El mercado ha efectuado una corrección que representa, en conjunto, casi el 50% de lo ganado en los últimos 10 meses, cuando se valoró la integración en el grupo de cabeza del euro.
Técnicamente el mercado está en una zona desde la que es posible la recuperación, pero no hay que olvidar que es el movimiento global, con Wall Street a la cabeza, el que impone la trayectoria. En principio, el efecto de las crisis asiática, rusa y latinoamericana sobre la economía española será pequeño, pero también aquí hay que esperar el efecto sobre el conjunto, ya que las economías afectadas tenderán a protegerse en detrimento del resto y Alemania está en el punto de mira.
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