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Antoni Miró inicia el curso cultural en Alicante con una gran exposición

Antoni Miró: imatges de les imatges es el título que encierra una exposición, enmarcada en la serie Vivace, con la que el artista alcoyano inauguró ayer el curso cultural en la ciudad de Alicante, en el Centro Cultural Rambla de Bancaixa. La muestra, que permanecerá abierta al público hasta el día 27, cuando comenzará su itinerario por otras salas de Madrid, Castellón y Valencia, acentúa el compromiso del artista con la naturaleza, y ofrece 137 obras realizadas desde 1991.

En ellas, Miró reflexiona sobre sus conceptos de ética y estética frente al mundo que le rodea. Constructor de imágenes, representante del collage y amante de colores intensos, Antoni Miró fue ayer presentado como una de las figuras indiscutibles del arte contemporáneo español. Ricard Pérez Casado, presidente de la Fundación Bancaixa, el profesor valenciano Román de la Calle, y el escritor Enrique Cerdán Tato, realizaron esta afirmación y coincidieron en destacar la coherencia de la obra salida del taller del Mas Sopalmo en el que trabaja Miró, siempre preparado para reflejar en sus cuadros, esculturas y dibujos una interpretación ideológica de la realidad: Su memoria visual. Desde la famosa serie América negra, en la que Miró daba respuesta crítica e irónica a la violencia y los despechos de la dictadura, su obra, arriesgada y de gran formato, reflexiona ahora sobre la violencia de la imagen, los sistemas políticos, económicos y sociales y los ataques que sufre la naturaleza. Para Román de la Calle, experto en Miró y autor del prólogo del catálogo, se trata de una colección de imágenes obtenidas a través de la fotografía, "dibujo y fotografía como principio de la representación, que nos lleva al juego de la expresión, a un diálogo entre la naturaleza y los artefactos que la rodean". Destacan los cuadros en los que la bicicleta se convierte en eje de creación artística, y un lienzo que lanza una llamada sobre el problema del reciclaje de los residuos sólidos, amontonados en grandes y frágiles contenedores bautizados por Miró con el nombre de Parc Natural, propiedad hoy de un coleccionista particular. Estratégicamente situado en la sala, atrae la atención Ausiàs al Capvespre, una fenomenal representación de mar y cielo, de azul intenso, entre evocador y melancólico por la figura que los contempla.

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