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El Ayuntamiento reabre O"Donnell al tráfico tras un mes de obras

Antonio Jiménez Barca

Los automovilistas que acudan hoy al trabajo en coche encontrarán menos calles principales en obras que en agosto. El Ayuntamiento anunció ayer que la calle de O"Donnell, cortada parcialmente todo el mes pasado, recuperará hoy los dos sentidos de la marcha. De igual manera, la M-30 sufrió anoche su último corte nocturno por la construcción del nuevo puente de Ventas. Hace un mes, el Área de Obras del municipio prometió algo similar que luego no cumplió. Un portavoz de este departamento prometió que esta ocasión sí que es la definitiva.El tramo de la calle de O"Donnell que ha estado restringido a la circulación es el que discurre entre la calle de Máiquez y la del Doctor Esquerdo, en el sentido salida de Madrid. Obligaba a los automovilistas que querían ir desde el centro de la ciudad a la M-30 o M-40 a desviarse por algunas calles laterales del barrio de Salamanca. Por lo general, este barrio se convertía en una espesa ratonera llena de automóviles marchando a cámara lenta.

Los coches contarán ahora con dos carriles por sentido. El Ayuntamiento construye en la zona lo que ya todos conocen por el retúnel, esto es, un paso inferior que discurrirá bajo la calle de O"Donnell y el túnel ya existente de Doctor Esquerdo. Las obras continuarán "bajo tierra", con lo que las molestias serán menores. Ayer fue un día de transición en cuanto al tráfico: la circulación se incrementó un 7% con respecto al pasado lunes 24 de agosto. Eso sí, aparecieron las primeras horas puntas en determinadas zonas de la ciudad. En las entradas a la capital por el sur (carretera de Extremadura, carretera de Andalucía y carretera de Valencia) se produjeron atascos por la mañana. Los expertos aseguran que hoy, primer día laborable de septiembre, la cosa irá peor. "Aunque el gran día será el 15 de septiembre, con los autobuses del transporte escolar", según el Ayuntamiento.

La M-30 tiene ya dos carriles más por sentido a su paso por Ventas

El Gabinete de Tráfico del Ayuntamiento advirtió el embrollo y llamó a la Policía a fin de que indicara a los automovilistas que tomaran la vía nueva, más rápida y cómoda. Al final, la Policía cortó la conexión entre las vías de servicio entre Moratalaz y Ventas y los carriles centrales a fin de que los automovilistas tomaran, obligatoriamente, las primeras.Por arriba, el nuevo puente de Ventas acelera sus trabajos para cumplir los plazos previstos. Ahora, los trabajadores se afanan en ultimar el tablero central y los pasos de peatones. Los vehículos que quieren pasar por encima de la M-30 utilizan los laterales de la nueva estructura, bien para ir por la calle de Alcalá o bien para conectar con la autovía.

Cuando la obra se termine, los carriles que discurrirán por el centro del puente servirán exclusivamente para unir la calle de Alcalá. Los carriles laterales se utilizarán sólo para acceder a la M-30. Los trabajos, según ha asegurado el alcalde, José María Álvarez del Manzano, del PP, se acabarán del todo a finales de septiembre. El nuevo puente de Ventas empezó a construirse en junio del año pasado. Costará 2.200 millones de pesetas. El Ayuntamiento aporta el 36%, unos 792 millones; el resto llega de las arcas del Ministerio de Fomento.

A las quejas de vecinos y conductores, los responsables de Obras del municipio han respondido siempre que ha sido técnicamente muy difícil tirar el puente antiguo y construir uno nuevo sin que el tráfico se resienta. El proyecto no sólo prevé mejorar el nudo de conexiones entre la calle de Alcalá y la M-30. También mejorará el paso de peatones. Con el viejo puente, los viandantes tenían que cruzar la M-30 mediante unos túneles sombríos que amedrentaban a más de uno. Ahora, los vecinos contarán con una franja cubierta en buena parte construida al efecto.

La reforma del puente de Ventas es una obra municipal con mucha historia: arrancó (en plano) en 1988, cuando se creó el Plan de Accesos de Madrid. A pesar de la tardanza en la ejecución efectiva, la construcción se consideraba necesaria por dos razones: primero, porque la estructura del viejo puente convertía la M-30, a su paso por la calle de Alcalá, en un embudo ya que perdía cuatro carriles (los cuatro carriles que ha recuperado con la nueva estructura y que fueron abiertos al tráfico ayer), y segundo, porque los giros del puente estaban confeccionados de una manera extraña, "contra natura", según los técnicos municipales, y fomentaban el error y la confusión.

Además de estas grandes obras municipales, en las calles de la ciudad se agolpan vallas en otros puntos. Por ejemplo, la calle Mayor cuenta sólo con un carril en el tramo desde la calle de Bailén a la Cava de San Miguel debido a una reforma que tiene por objeto, entre otras cosas, ensanchar las aceras. Ésta es una obra que repercute en gran manera en la circulación, ya que atasca parte de la calle de Bailén.

Otro punto clave, y fuente de polémicas durante este verano, ha sido la construcción por la Comunidad de Madrid del intercambiador de transportes de la avenida de América. Los plazos previstos apuntan a que las obras en superficie (lo que de verdad molesta a los conductores) terminarán el 6 de septiembre. Anoche, sobre las 00.15 una veintena de vecinos se concentraron junto a las perforadoras y llamaron a la Policía Municipal con el objeto de parar el ruido nocturno que, dijeron, "volvían a producir las máquinas".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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