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El carril bici de Valencia se queda pequeño frente al de otras ciudades

El Ayuntamiento de Valencia ignora y margina el carril bici de Valencia. Esta es la conclusión a la que llega la Asociación Amics de la Mobilitat Urbana en un estudio que describe el actual estado del trazado en la ciudad. Recorridos interrumpidos, anchura insuficiente, mala señalización y nula inversión en mantenimiento por parte del consistorio son las principales denuncias recogidas en el documento y la "prueba" de que el consistorio que dirige Rita Barberá apuesta por el transporte privado.

En 1985, Valencia fue la primera ciudad española en tener un carril bici al crear el trayecto que discurre paralelo a la Avenida de Aragón y Blasco Ibáñez. Trece años más tarde la situación del trazado para bicicletas está estancado, según un estudio realizado por Amics de la Mobilitat Urbana. En la ciudad de Valencia existen poco más de 28 kilómetros de carril, una cifra reducida frente a los 100 de Barcelona. Además de la extensión limitada del circuito, el estudio destaca un problema de diseño: parte del recorrido es discontinuo. Existen islas como la de la Avenida de Francia o el carril bici que discurre en torno al Palacio de Congresos separadas del circuito que recorre el centro histórico y enlaza con el paseo marítimo a través de la avenida de Blasco Ibáñez. "Mientras en el resto de ciudades europeas el uso de la bicicleta va en aumento, en Valencia seguimos estancados", señala Ignacio Andrés, presidente de la asociación. "Es una pena. Valencia, por su orografía llana y sus condiciones climáticas, cumple todas las condiciones para un uso generalizado de la bicicleta en la ciudad". Andrés pone como ejemplo de la falta de interés municipal en el carril bici la "inversión cero" del Ayuntamiento en mantenimiento del carril existente. De los 2.582 millones de pesetas de inversiones presupuestadas para las partidas de tráfico y transportes, y vías públicas y alumbrado para el ejercicio de 1998, el Consistorio no destina ni una sola peseta, según el presidente de la asociación, a mantener pista urbana para bicicletas. Otra de las quejas recogidas en el informe son las malas condiciones del carril. Además de la falta de señalización horizontal y vertical, las pistas de la ciudad de Valencia tienen una anchura de dos metros. Sin embargo, las medidas recomendadas para un diseño óptimo de un circuito ciclista de doble sentido aconsejan una amplitud mínima de tres metros, con el objeto de dejar entre ciclista y ciclista un metro libre y evitar posibles colisiones. A este hecho el estudio añade la existencia de carriles de dos metros sobre aceras que no suman más de tres metros de ancho. Andrés no duda en atribuir a la "dejadez" de la administración municipal la razón de la escasez de ciclistas en Valencia.

Universitarios

Los universitarios son el grupo social que más recurre a la bicicleta. Los tramos de carril bici que registran una mayor intensidad en Valencia son los situados en las zonas próximas a los núcleos universitarios. Según el último estudio de intensidad media diaria -del año 1996- el primer puesto en circulación ciclista lo ocupa el carril que discurre en torno a la Politécnica, con una media de 1.832 ciclistas. Por detrás se sitúa la zona de la avenida de Blasco Ibáñez, con 1.191, seguida de la avenida de Aragón, con 1.056 ciclistas.

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