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Dos mujeres heridas al hundirse el suelo de su piso en El Cabanyal

El suelo se hundió bajo sus pies y se las tragó. Cuando llegaron los bomberos, las dos mujeres yacían heridas de gravedad entre el revoltijo de cascotes y muebles de su piso que les acompañó en su caída hasta el bajo comercial. El desplome de parte del pavimento de la vivienda, en la primera planta del número 59 de la calle de la Reina, en el barrio de El Cabanyal de Valencia, se produjo ayer sobre las diez y media de la mañana. Los bomberos lo achacan a la rotura de una vigueta por la humedad.

La propietaria de la vivienda, Rosa Ana Miralles Morales, de 21 años, y una mujer que le ayuda en las tareas domésticas, Ana Cortés Fernández, de 46, fueron engullidas por el suelo del pasillo cuando se dirigían a la habitación de matrimonio. Cayeron desde una altura de cuatro metros hasta la planta baja, una frutería que lleva unos dos años cerrada. "Escuchamos un ruido muy fuerte", recuerda el marido de Rosa Ana, Juan Luis Bonet Lara, de 24 años. En el momento del desplome estaba con su padre, Juan Vicente, en el comedor. Las tres hijas del matrimonio, menores de cuatro años, también estaban en la parte del piso que no se desmoronó. Los bomberos entraron por la persiana de la antigua frutería, que da a la calle de la Barraca, para rescatar a las víctimas, que fueron trasladadas al hospital Clínico. El subdirector médico confirmó ayer que su estado era grave, aunque sus vidas no corrían peligro. Según el parte médico, Cortés sufre una fractura costal con tres costillas rotas, así como un esguince en la columna cervical. Miralles presenta heridas de menor gravedad: un traumatismo craneoencefálico leve, varias brechas en la cabeza y una fractura de los huesos de la nariz. Las dos seguían ayer ingresadas, en observación. Los bomberos dicen que el desplome se produjo al quebrarse una vigueta situada junto a la bañera y a la tubería por la que baja el agua de la finca. "Estaba deteriorada por la humedad, el hormigón casi era arenilla", precisan. Han precintado la vivienda y el bajo, que acabó anegado. Pero no han desalojado las 11 viviendas restantes de esta finca de seis plantas con más de 35 años de antigüedad. Bonet, el dueño, se sentía estafado: Vivimos aquí desde abril, nos vendieron el piso a toda prisa y nos hemos quedado en la calle". Por otra parte, los trabajadores que reparan las aceras de la calle de Castielfabib causaron un escape de gas sobre las 11.40 horas al romper una tubería. La calle quedó cortada una hora hasta que los bomberos taponaron la fuga.

Desalojo en Calixto III

Efectivos de los bomberos y la Policía Local ayudaron ayer a los vecinos del edificio situado en el número 15 de la calle Calixto III a recojer sus pertenencias tras haber sido desalojados el martes. El mal estado del esqueleto metálico de un pilar, descubierto mientras se realizaban trabajos para reforzar las vigas de la planta baja, en la que se encuentra una peluquería, motivó el desalojo de las 14 familias que vivían en el edificio, según los bomberos.

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