"Luchar contra la incomprensión en tu grupo político es enriquecedor"

Fermín Camacho, militante del PP, concejal de Cultura de Granada y teniente de alcalde, le cuesta trabajo explicar cuáles son las diferencias que le separan del PSOE e IU. Este político, imprevisible y heterodoxo, es capaz de recibir disfrazado de oriental a una embajada del Japón o de prestar su voz al dragón que desfila en la procesión del Corpus. Pregunta. ¿Le ha valido la pena cambiar su cátedra de Derecho Romano por la concejalía de Cultura de Granada? Respuesta. La cátedra no la he abandonado del todo y la política me ha dado una visión nueva de la ciudad y de las personas. Sale uno a la calle con un sentido crítico distinto. P. ¿Le ha decepcionado o sorprendido la vida política? R. Sabía cómo era la vida política, todos tenemos un cliché de la realidad y sabía lo positivo y negativo de la convivencia política. No tenía experiencia pero sí conocimiento. Sabía que era un mundo complejo, con recelos más que envidias. En todos los partidos hay gente que va a la política vivir de ella. No es mi caso. Yo tomé la decisión inmediatamente. Yo no era del PP pero el proyecto de un partido centrado y dialogante me gustaba. En el mundo universitario, de donde procedo, las discrepancias se escuchan. Fui pródigo como decano de Derecho; no podía ser cómplice de la cicatería de la Administración. P. ¿Repetirá como candidato? R. No se puede torear al toro hasta que esté en la plaza. A nivel personal no me lo he planteado, aunque un proyecto cultural no se puede realizar en sólo cuatro años. Me preocupa mucho que no haya un museo ni hayamos trasladado el archivo de la ciudad. P. Usted ha tenido que combatir en su propio grupo político diferencias de criterio relativas a asuntos como, por ejemplo, el apoyo a la Orquesta Ciudad de Granada o la gestión del auditorio Manuel de Falla... R. Es enriquecedor luchar con la incomprensión del propio grupo. Cada uno parte de su propio contexto intelectual. Yo no venía a destruir nada sino a conservar lo bueno y consolidar lo que había. La disputatio latina es buena, es lo que da riqueza a las cosas. P. Cuando llegó al Ayuntamiento se definió como un francotirador, alguien que iba por libre. ¿Sigue siendo así? R. Francotirador lo he sido siempre. Soy persona con ideas muy sólidas que ha defendido lo que tenía que defender. Todos aprendemos unos de los otros. Estar en un grupo municipal no es estar en una secta. Dentro del grupo hay ideas diferentes que luego convergen. P. ¿Se ha ganado muchas enemistades con sus excentricidades, como vestirse de japonés o grabar el rugido del dragón que desfila en el Corpus? R. No son excentricidades sino imaginación, echar a la política sentido del humor. Es positivo. Esta es una ciudad muy rara y hay gente para todo, gente triste y otros que no los somos. Los primeros tienen incluso una visión fúnebre de la vida; yo no la tengo siquiera de la muerte. En realidad no son personas predispuestas contra ti. P. ¿Qué le separa a usted del PSOE y de Izquierda Unida? R. No conozco bien el programa del PSOE ni el de Izquierda Unida. El PP tiene que ser un partido muy centrado y en Andalucía muy en contacto con su realidad, sin ser nacionalista. Debe rehuir los esquemas rígidos y estar atento a los problemas sociales y económicos. P. Hace poco usted arremetió contra los sectores inmovilistas de Granada. ¿No cree que ese sector vota al PP? R. Como el voto es secreto no lo sé. Pero aquí hay un tipo de granadinos masoquistas; son los que sean. Ven solo el color negro, jamás el futuro. En Granada hay nostalgia, que es una cosa terrible. El pasado es esterilizante. Granada no es consciente a veces de lo que significa su universidad, la savia que circula en su interior. La realidad de Granada es europea desde Carlos V.

"Estar en un grupo no es estar en una secta. Dentro del grupo hay ideas diferentes que luego convergen"