_
_
_
_
Reportaje:GENTE EN VERANO

Alumbramiento en La Moncloa

Juan Antonio Carbajo

Al fin, un embarazo de interés general. El vicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez-Cascos, será padre a comienzos del nuevo año. Su joven esposa, Gema Ruiz, decidió el sábado no ocultarlo por más tiempo y confirmó la noticia en plena romería de Luarca (Asturias), según publicó ayer La Nueva España. Será el quinto hijo del vicepresidente y el primero del matrimonio. Gema ya ha empezado a cuidarse. Durante su paseo multitudinario por el campo de San Timoteo rechazó todos la vasos de sidra que le salieron al paso. No así Álvarez Cascos, que no quiso hacer ningún feo y regó su alborozo con "incontables" culines de sidra, narra el cronista. "Si sigo así, acabo gateando como tú", le espetó al chaval que le ofreció el enésimo vaso.Felipe Juan Froilán aún no gatea, pero ya navega. La infanta Elena ha embarcado este fin de semana al más joven miembro de la familia real en el yate Fortuna, aunque tan embozado que los fotógrafos sólo pudieron retratar los pies del bebé y poco más, cuenta Andreu Manresa. La única instantánea decente hasta la fecha es propiedad de la casa real: fue la que captó su abuela doña Sofía mientras el yate surcaba aguas de La Cabrera. Mientras, el Reino Unido y parte del extranjero se preparan para la efemérides del mes: el primer aniversario de la muerte de Diana de Gales. A falta de una semana para el evento, la dianamanía parece atravesar sus horas más bajas. Ayer se esperaba que 15.000 personas recorrieran en Londres el camino del cortejo fúnebre de la princesa, pero apenas acudieron varias decenas a la cita. No corrieron mejor suerte las visitas guiadas que se organizaron en París para seguir el último trayecto del Mercedes de Dodi al Fayed y lady Di y que reunieron a más periodistas que forofos de la princesa. Para colmo, lord Coggan, un arzobispo jubilado de Canterbury, tachó ayer a Diana de "falsa diosa" dada su "disoluta moral sexual". Claro que no todos los religiosos tienen por qué estar de acuerdo con esta opinión, aunque alguno sea tan peculiar como Bill Parry. Este sacerdote londinense anunció el viernes a su congregación que está en tratamiento hormonal para convertirse en mujer y que a partir de ahora quiere llamarse Diana (reverendo Diana, se supone). La agencia Reuters también ha captado la íntima relación entre la princesa y la religión y acaba de percatarse de que la red Internet incluye muchos más apartados con el nombre de Diana que los dedicados a Jesucristo, cuenta Isabel Ferrer.

A quien no debe sorprender la metamorfosis del reverendo Diana es a las monjas de un convento de Palermo cuya abierta mentalidad les ha llevado a asistir a clases de música rap para "compartir los gustos de la juventud y así entenderles mejor".

Y es que no hay que dejarse llevar por las apariencias. Adolf Hittler, un conductor austriaco de 60 años, ha sufrido serios problemas por llamarse igual, salvo una letra, que el dirigente nazi. El hombre ha sufrido llamadas telefónicas amenazándole con la cámara de gas y problemas matrimoniales por las bromas que recibía su mujer. Sin embargo, sólo en una ocasión renunció a usar su nombre. Fue cuando llevó en su autobús a un grupo de turistas israelíes, a los que dijo llamarse Adrian Heller. Hittler será una de las estrellas del congreso Nombres difíciles de llevar, que se celebrará en Austria.

José Ramón González, otro conductor, pero de Tapia de Casariego (Asturias), no tiene problemas con su nombre. Pero quizá sea porque es el hombre más fuerte de la comarca, lo que demostró ayer en la fiesta local al izar un carro que pesaba 825 kilos, relata José Ramón Ariño. Las romerías asturianas, por lo que se ve, están cargadas de noticias.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_