Al asalto nocturno de las barbacoas
130.000 personas tomaron las playas de Cádiz en la madrugada del domingo
El ritual de las barbacoas nocturnas volvió a prender con su habitual llamarada. Sin fecha oficial en ningún calendario de festividades, la tradición y la costumbre dejó ayer patente su empuje en cualquier sociedad. Con una asistencia récord, según los cálculos de Protección Civil, entre 130.000 y 140.000 personas asaltaron materialmente las playas de la ciudad de Cádiz para disfrutar de la fiesta paralela a la celebración del Trofeo Carranza, uno de los eventos futbolísticos del verano con más solera de España. Un año más, una cortina de miles de sombrillas abrigaba la que a buen seguro representa la mayor concentración de carbón candente y parrilla de todo el firmamento. Es el epílogo oficioso de la temporada de verano, y gente de todas las edades y familias enteras cumplen con los excesos de la cocina rápida y al aire libre de carne, pescado y chacina. La bebida también encuentra un protagonismo especial en una madrugada larga. La cerveza y el tinto para los mayores, el whisky para los jóvenes, aunque en una catarsis de tales dimensiones hay excentricidades para todos los gustos. Toda la Bahía La espectacular fotografía traduce una simbiosis singular. La de un pueblo, que díscolo por una noche, arrastra a las demás poblaciones de la Bahía de Cádiz e innova originalidad sobre la arena de sus playas: La Victoria, La Caleta -ambas iluminadas artificialmente en toda su extensión- y Cortadura. Entre bocado y bocado, y sorbo de refrigerio, tiempo para el cante y el baile en un escenario que favorece el arte del ligoteo, el ejercicio del mimetismo con el balón en los pies de los más pequeños, y el chapuzón en las limpias aguas del Atlántico gaditano. Y como música de fondo, cántico reivindicativo o grito de guerra: "¡Ese Cádiz, ohé!", que simboliza el sentimiento amarillo de identificación con el equipo de fútbol de la capital, que se sumó al festín con su victoria frente al Betis horas antes. El amanecer asoma y los primeros rayos de la mañana del domingo dibujan el inicio de la vuelta a los hogares, que no concluyó en su totalidad hasta pasadas las 12 del mediodía. Un amplio dispositivo de limpieza, coordinado por el concejal de Playas, Jorge Moreno, y formado por casi un centenar de personas, camiones y varias máquinas, peinaron desde las siete de la mañana y durante varias horas hasta el último reducto de suciedad de la maltrecha arena, después de padecer los efectos negativos de la concentración nocturna. Así hasta completar un total de 63.000 kilos de desperdicios recogidos en 2.100 bolsas. Los incidentes fueron mínimos y tan sólo 100 personas debieron ser atendidas por los servicios sanitarios con síntomas claros de intoxicación etílica. En los hogares gaditanos volvieron a quedar guardadas las barbacoas en espera del próximo año.
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