Investigación social propia

El cacao que nuestros ediles han decidido montar en Doctor Esquerdo y la avenida de América simultáneamente es de tal magnitud que realmente no sé qué es lo que nos espera a los madrileños cuando termine, dentro de apenas una semana, la temporada alta del verano. Yo no puedo concebir que en un sitio donde se barajan miles de millones recaudados de los contribuyentes, que afrontan desde sus bolsillos todas las aventuras que al Ayuntamiento se le antoja acometer, sean precisamente los intereses de los ciudadanos los que en menor medida se tengan en cuenta.

Creo que ya va siendo hora de que el Ayuntamiento disponga de un servicio de encuestas propio, que, con criterios objetivos y con muestras de población que abarquen a los barrios afectados en cada proyecto, suministre datos previos a la realización de cualquier obra de éstas.

Pero ello, por ejemplo, con información de las que simultáneamente se están haciendo en lugares contiguos o en otros conectados.

Las únicas encuestas que se hacen aquí son las de los políticos para los políticos, para averiguar si van a ganar unas elecciones, y en rarísimas ocasiones para averiguar cuáles son las demandas, los deseos o los sentimientos de los ciudadanos. La ciencia social ha avanzado lo suficiente como para permitir márgenes racionales de previsibilidad, por lo cual no se explica cómo Madrid no dispone aún de un servicio propio de investigaciones sociológicas.

Si esas tareas no se dejan en manos de los políticos, con sus prioridades cambiantes, ni se emplean para avalar decisiones tomadas previamente por los que mandan, creo que serían de una extraordinaria utilidad para ver si ha de hacerse o rechazarse un proyecto u otro. Se me dirá que la opinión sobre estos asuntos está muy descualificada, pero también las opiniones, poco a poco, se cualifican. A más información,mejor opinión.-