"Iban como un escuadrón del ejército"

Centenares de personas que participaban en las fiestas de Bilbao en la madrugada de ayer fueron testigos de la aparición en las calles del Casco Viejo de un numeroso grupo de jóvenes con el rostro oculto por pasamontañas y pañuelos que se dirigía hacia el Ayuntamiento. "Iban al trote, en formación, como si fueran un escuadrón del ejército, sin intercambiar ni una palabra entre ellos", relató una mujer que presenció su paso por la plaza de Unamuno, a unos 500 metros de la Casa Consistorial. El grupo más importante del centenar de jóvenes que participó en los ataques partió de la calle Iturribide con una estructuración interna perfectamente organizada. En el centro, una veintena de personas, flanqueadas por el resto de los integrantes de la columna, portaban mochilas y bolsas de deportes de grandes dimensiones en las que transportaban los cohetes y las bombas incendiarias que posteriormente arrojaron a la policía. En las manos llevaban los tubos metálicos que emplearon como lanzaderas de los cohetes pirotécnicos.

Los encapuchados se concentraron en la Plaza Nueva, en el corazón del Casco Viejo, antes de dividirse en dos columnas con la tarea bien distribuida. Más de la mitad de los jóvenes participaron en el lanzamiento de artefactos y cohetes contra las patrullas de la policía estacionadas en la plaza del Ayuntamiento.

Mientras, varias decenas de encapuchados esperaron a unos 200 metros a que finalizara el ataque en medio de la muchedumbre que celebraba la Semana Grande. Su misión era proteger desde la retaguardia la retirada de los agresores y facilitar su dispersión en la zona festiva y evitar que la policía pudiera detenerles.