¡Pobre Jovellanos!

Por si sirve de algo, yo le rogaría al señor Álvarez Cascos (¡él sí que es impopular!) que dejara en paz la memoria de Jovellanos. Más que nada, señor Cascos, porque aquellos que no han leído nunca a Jovellanos pueden llegar a pensar que ustedes dos son figuras ideológica y humanamente equiparables; cuando lo cierto es que queda usted a años luz de la coherencia y de la rectitud del bueno de Jovellanos. Así es que, como no es la primera vez que utiliza usted la figura de Jovellanos para su beneficio, yo le pediría que, si de verdad aprecia en algo a su ilustre paisano, dejara de una vez por todas de utilizarlo. ¿No se da cuenta de que lo que está haciendo usted con el pobre Jovellanos es el abrazo del oso con efectos retroactivos?- .