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Fotonoticia:

Agua para esquivar el calor

Los científicos aún no se han pronunciado, escamados tras los efectos meteorológicos de El Niño, pero el run-run popular ya ha llegado a una conclusión: éste es un verano como los de antes. Los míticos 40 grados volvieron a alcanzarse ayer en algunos pueblos del interior y los mediodías han vuelto a ser sinónimos de laxitud. La siesta es la única actividad que los sofocados organismos permiten cuando el sol está en todo lo alto. Cualquiera intenta comprobar eso de que los tópicos encierran algo de verdad y se planta en la plaza de Écija para romper un huevo y ver si se fríe por puras circunstancias ambientales. Salirse de la sombra se convierte en estos días en una temeridad que sólo se justifica si el objetivo es un chapuzón: en la costa las playas han colgado el cartel de aforo completo. Lejos del mar, en las calles de Córdoba, las fuentes (como la de la Mezquita, en la foto), se convierten en los únicos refugios posibles.

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