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Chaves y Arenas se cruzan descalificaciones en un homenaje al padre de la patria andaluza

Luis Barbero

Saltaron chispas. Las diferencias entre el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, y el ministro de Trabajo y presidente del PP andaluz, Javier Arenas, llegaron ayer un nivel que hasta ahora no había alcanzado. En el homenaje al padre de la patria andaluza, Blas Infante, ambos dirigentes se cruzaron artillería de calibre. Chaves sostuvo que Arenas "utiliza el Ministerio de Trabajo como presidente del PP andaluz" para erosionar a la Junta. Arenas, por su parte, subrayó que los actos institucionales con otros presidentes andaluces "tenían un grado más elevado".

Chaves y Arenas se acusaron mutuamente de instrumentalizar las instituciones que dirigen. La tensión entre ambos, algo más que evidente hasta ahora, subió otro peldaño. El discurso de Chaves en el acto del homenaje a Blas Infante, en el que reclamó el traspaso de competencias así "como los medios financieros necesarios", destapó la caja de los truenos.La utilización del acto para reclamar transferencias no gustó a Arenas que, inmediatamente y con carga de profundidad, dijo añorar la época en la que los socialistas Rafael Escuredo y José Rodríguez de la Borbolla habían presidido la Junta de Andalucía. "En aquella época había un grado de comportamiento institucional más elevado", dijo Arenas. Asimismo, el líder del PP andaluz desdeñó la última propuesta de Chaves para intentar solventar las diferencias que desde hace dos años enfrentan al Ejecutivo andaluz con el central. "Esa propuesta de diálogo la he oído ya al menos 15 veces", dijo.

En su discurso, Chaves hizo un encendido elogio del actual diseño constitucional. "El modelo autonómico tiene la capacidad de conjugar eficazmente la singularidad de cada territorio y los hechos diferenciales con un compromiso de colaboración e integración en un gran proyecto que es España", dijo Chaves. Esta idea la hiló con la exigencia de transferencias para Andalucía: "El trato y la consideración deben ser iguales para todos los ciudadanos y para todos los territorios, a los que deben cederse las transferencias y los medios de financiación necesarios, así como facilitarles similares oportunidades de progreso económico y social", dijo.

El presidente andaluz, que la semana pasado formuló una propuesta al Gobierno central para aparcar temporalmente las principales reivindicaciones de Andalucía (reconocimiento del censo, deuda histórica y sistema de financiación), a cambio de otros acuerdos -por ejemplo, en inversiones- volvió a poner en pie todas sus exigencias en el acto a Blas Infante.

Instantes después de concluir el acto, Arenas criticó las invitaciones al diálogo de Chaves: "No vale con el discurso de hoy. Si se reclama un día diálogo y 364 se fomenta el enfrentamiento no tiene sentido", afirmó el ministro.

Recoger el guante

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Arenas abrió a continuación una brecha que molestó especialmente a Chaves. El dirigente popular recogió el guante del presidente andaluz para solventar mediante el diálogo las diferencias financieras que afectan al Gobierno andaluz con el central, pero luego dijo que Chaves debería también resolver la deuda que la Junta de Andalucía mantiene con los ayuntamientos de la comunidad, así como las obligaciones que tiene contraídas con la Seguridad Social, uno de los múltiples asuntos que ha provocado el enfrentamiento entre ambas administraciones.Chaves dijo que esta última exigencia es un ejemplo del uso que hace Arenas del Ministerio de Trabajo en su beneficio para ejercer la oposición como presidente del PP en Andalucía. "Eso no es ni honesto ni ético políticamente", afirmó el presidente andaluz.

Chaves instó a Arenas a irse a Cataluña, Galicia y Castilla-León a reclamar la deuda que estas administraciones tienen con la Seguridad Social. "Que tenga valor para ir a esos sitios a reclamar la deuda", espetó Chaves, que concluyó su discurso de la siguiente guisa: "A ver si Arenas viene alguna vez a Andalucía a dar algo y no a pedir".

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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