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¡"Banzai", Sierra Nevada!

350 "kamikazes" disputan la Copa del Mundo de Bicicletas de Montaña en Granada

Óscar se ajusta el casco, agarra el manillar con fuerza, aprieta los dientes y... ¡Banzai! Se lanza sobre su bicicleta a la aventura casi suicida de descender los 500 metros de desnivel que separan las faldas del pico Veleta de Pradollano. Son 3,5 kilómetros de un espectacular circuito campo a través, con una pendiente media del 15%, plagado de saltos insospechados y curvas que los ciclistas trazan con fórmulas geométricas imposibles. Óscar Saiz, al igual que los otros 350 participantes en la Copa del Mundo de Bicicletas de Montaña disputada el pasado fin de semana en Sierra Nevada, es un kamikaze de las bikes. "Menos mal que bajando una montaña a cien kilómetros por hora no tienes mucho tiempo para pensar, porque de lo contrario no lo harías", ironiza. La estación granadina ha cambiado los esquís por las dos ruedas y se ha movido durante cuatro días a golpe de pedal. Este es el segundo año consecutivo que Sierra Nevada acoge una prueba de la Copa del Mundo de Mountain Bikes. La caravana de la competición, que arrastra a 2.000 personas de 25 nacionalidades pertenecientes a más de 50 equipos deportivos, llegó el pasado miércoles a Granada. Tras los entrenamientos y pruebas clasificatorias, el sábado se disputó un frenético eslalon dual y el domingo la prueba reina, el vertiginoso descenso desde el Veleta. Óscar tiene 24 años y es ya casi un veterano en la Copa. "Hay gente de hasta 35 años, pero son los chavales quienes vienen dando caña", advierte. Este deporte, nacido en EE UU en 1974, evoluciona con ruedas de siete leguas. Está plenamente profesionalizado, "los hay que ganan hasta veinte millones de pesetas al año", explica Óscar; y en la construcción de las bikes, que en un principio pesaban hasta cien kilos, hoy se aplica tecnología aeroespacial. "Corremos con prototipos valorados en casi dos millones, fabricados con aluminio, titanio y carbono, que no superan los 17 kilos". Entre mangas, uno de los pasatiempos preferidos de los kamikazes es comparar y presumir de las heridas de guerra. Los ciclistas van completamente forrados con un mono, casco, rodilleras y coderas, pero la velocidad y el riesgo que asumen dan en el suelo con sus huesos en muchas ocasiones. En cada curva peligrosa existe un equipo médico, que atiende rasguños y abrasiones en su mayoría, aunque no faltan las fracturas de clavícula y muñecas. Estas últimas son precisamente una de las partes del cuerpo más sufridas. "Una buena forma física es fundamental, pero en un descenso como el de Sierra Nevada la técnica es la que manda", matiza Óscar. "Apenas tienes que pedalear, aunque debes ir levantado mucho tiempo y las manos y los tobillos son quienes absorben parte de los baches". En 2000 Sierra Nevada organizará los Campeonatos del Mundo de este deporte, que, a diferencia de la Copa, se corren por equipos nacionales. La prueba de este fin de semana, sexta de un total de ocho, ha sido un buen antecedente para valorar la organización. "Hemos tenido mucho público incluso en los entrenamientos", indica Jesús Rodríguez, director de la carrera, muy contento por el ambiente que ha presentado la estación.

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