_
_
_
_
Reportaje:

Se acabó la discusión sobre el inicio del milenio

Javier Sampedro

Pocas cuestiones filosóficas, teológicas o políticas habrán dividido tanto a la humanidad como la interminable y fatigosa refriega sobre la fecha correcta de entrada del tercer milenio: el 1 de enero del 2000, según los vivaces y los epicúreos; o el 1 de enero del 2001, en opinión de los sosegados y los estoicos. Pero la solución ha acabado viniendo del lugar menos esperado: de un error informático. Si algo parecido a un apocalipsis ha de llegar con el milenio, será en el 2000, y no en el 2001. El leviatán ha resultado ser un monstruo de silicio.En realidad, la trifulca sobre el 2000 o el 2001 tiene también su origen en un lamentable error: el cometido por un monje del siglo VI a quien sus colegas llamaban, con dudosa corrección política, Dionisio el Exiguo (debido a su baja estatura). El papa Juan I encargó a Dionisio una cronología del mundo y de la cristiandad, y como la cosa no cuadraba muy bien, el buen monje tuvo que echar mano de la contabilidad creativa de la época para salir del paso.

Sin año cero

Dionisio calculó que Jesús había nacido el 25 de diciembre del año 753, contando desde la fundación de Roma. Pero, como el calendario romano empezaba a contar los años el 1 de enero, retrasó unos días el origen del tiempo cristiano para hacerlo coincidir con el 1 de enero del 754 tras la fundación de Roma, con la excusa de que ése era el día en que Cristo había sido circuncidado. Por desgracia, llamó a esa fecha "1 de enero del año 1", cuando es palmario que debió llamarla "1 de enero del año cero", lo que habría evitado las discusiones que nos martirizan ahora.El paleontólogo de Harvard Stephen Jay Gould escribe en su colección de ensayos Un dinosaurio en un pajar: "Dionisio olvidó empezar el tiempo por el año cero, con lo que dio al traste con todas nuestras nociones usuales de cálculo. Durante el año en el que Jesús tenía un año de edad, el sistema de tiempo que empezó con su nacimiento tenía ya dos".

Los escrupulosos que arguyen que la llegada del tercer milenio deberá celebrarse el 1 de enero del 2001 tienen razón, pero su razón se basa en el desatino de Dionisio el Exiguo, y por tanto no es un argumento vinculante. Y en cualquier caso los ordenadores han resuelto la cuestión por su cuenta. Para quien aún tenga prejuicios milenaristas del tipo 2001, ahí va un dato: según una reciente encuesta elaborada por el Grupo Gartner en Estados Unidos, el 38% de los ejecutivos de empresas informáticas piensa retirar su dinero de los bancos y fondos de inversión en diciembre de 1999. Ellos sabrán lo que hacen. ¿O no?

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_