San Sebastián se viste de luces
La capital donostiarra recupera la tradición taurina que dio origen a la propia Semana Grande
San Sebastián recupera con la inauguración del coso de Illunbe el próximo martes el cartel taurino que dio origen a la denominación de la Semana Grande, que hasta 1973 no fue otra cosa que un programa deslavazado de festejos complementarios a las corridas en el Chofre. Miles de ciudadanos han adquirido ya abonos -muchos para las 15 próximas temporadas- y entradas para un festejo que el fallecido Jesús Martínez Flamarique, Chopera, entroncaba con la más arraigadas costumbres de los donostiarras, "desde sus balbuceos de alanceamiento de toros a caballo hasta la corrida como espectáculo de la época moderna". El aluvión de espectadores no expresa tanto una pulsión melancólica como el afloramiento de un contingente de aficionados sin techo que había permanecido a la intemperie los últimos 25 años. Una orfandad resuelta malamente con escapadas a las plazas de Vitoria, Bayona, Haro o Logroño. La ciudad se pone el traje de seda bordado de oro y plata con lentejuelas para una semana que adolecía de sobremesas soporíferas por las tardes insustanciales que el programa oficial de festejos no sabía cómo cubrir. Ahora el trinomio playa, toros y fuegos robustece el plan festivo de sol a sol. El arte de Cúchares, al que los donostiarras pudieron admirar en una tarde agosteña de 1845 bajo la presidencia de Isabel II, retorna a la ciudad donde se construyeron 12 cosos en los últimos 300 años. Los diestros José Mari Manzanares, Enrique Ponce y Francisco Rivera Ordóñez darán cuerpo el día 11 a uno de los sueños del asesinado concejal del PP Gregorio Ordóñez, quien, argamasa y paleta en ristre, osó iniciar la campaña electoral de 1986 levantando una pared de ladrillos en Anoeta como anticipo de lo que hoy es Illunbe. Nadie le creyó. A Ordóñez no le gustaban las corridas, pero argumentaba que un buen cartel era imprescindible para el atractivo turístico de la ciudad. El desencajonamiento de las tres ganaderías que se lidiarán en las primeras jornadas se efectuó ayer en los corrales de Illunbe en medio de un silencio que sólo "se escucha" en los rituales. Malajón, un astado azabache y bien armado de la ganadería Torrestrella fue el primero en estrenar los corrales bajo la atenta mirada de los veterinarios, ganaderos, el delegado de la plaza y tres generaciones de los Chopera: Manolo, Pablo y Manuel Martínez Flamarique. Los dos primeros dirigieron el desencajonamiento con pericia. Las reses elegidas para la jornada inaugural impresionaron por su porte y trapío. Seguro que el presidente de la plaza no sacará el martes el pañuelo verde que ordena la devolución de la res a los corrales. [Más de mil personas se manifestaron ayer tarde por el centro de la ciudad para expresar su rechazo a la apertura de la plaza de toros. La convocatoria de la Plataforma Antitaurina de Guipúzcoa fue respaldada por HB, IU y decenas de organizaciones ecologistas, vecinales y antimilitaristas. Los manifestantes, que corearon lemas contra las corridas y el alcalde, Odón Elorza, al que responsabilizaron de amparar la construcción del coso].
Fuego y mucha música
Resuelta la adormidera vespertina que acompañaba a la Semana Grande, el segundo eje de la fiesta donostiarra siguen siendo los artificios pirotécnicos. Este año el concurso de fuegos tiene la expectativa de lo que pueda dar de sí la compañía australiana Foti"s. Los dibujos multicolores en el cielo de la bahía los trazará hoy la empresa británica Fantastic Fireworks a partir de las 22.45. Las medidas de seguridad son extremas para salvaguardar a los espectadores de cualquier imprevisto, como el que en 1985 causó la muerte de un espectador y heridas a varias decenas de asistentes al lanzamiento de los fuegos. La masiva asistencia de público a este concurso nocturno volverá a abrir de modo inevitable el recurrente debate ciudadano sobre si la Semana Grande son unas fiestas participativas o simplemente para mirar. Lo donostiarramente correcto matiza que la fiesta fetén de la ciudad es el 20 de enero. Unas horas antes, a las siete de la tarde, seis cocineros de primera fila entonarán el popular Artillero, dale fuego para que el artillero mayor Luis Mokoroa dispare el cañonazo que anuncia el comienzo oficial de las fiestas. Juan Mari Arzak, Pedro Subijana, Martín Berasategi, Juan José Castillo, Luis Irizar y Tatus Fombellida cogen el relevo de la soprano Ainhoa Arteta, que el año pasado abrió el pase de famosos por la terraza de la Casa Consistorial. El Centro de Atracción y Turismo repartirá 10.000 folletos con la letra de la melodía para que la multitud acompañe a los tenores aficionados. A las ocho y media, el Alarde de Txistularis en la Consti congregará a buen seguro a miles de personas que abarrotan la plaza año tras año para escuchar la exhibición de los músicos dirigidos por José Ignacio Ansorena. Es una de las citas inexcusables de la Semana. Potito, en Sagüés La Semana Grande son fiestas musicales de tarde y noche, y este año la oferta de conciertos en Sagüés la sostienen La Oreja de Van Gogh, Siniestro Total, Mojinos Escozíos, Su Ta Gar, Potito y Lucrecia. El turno lo abre hoy Gari en la plaza de la Trinidad. Los grupos folclóricos en la Consti, la Quincena Musical, los bailables de toda la vida en la plaza Zuloaga y la música enlatada de las txosnas y las verbenas del Paseo Nuevo completan el repertorio sonoro. El deporte está representado por las disciplinas rurales, el tenis y las carreras en el hipódromo. Hoy a las siete y media en la Trinidad se disputará la novena edición de levantamiento de la piedra de Igeldo. El día 15 será la Copa de Oro de aizkolaris y la carrera estelar de la temporada hípica en Zubieta. La primera edición del Senior Tour en Ondarreta tendrá el aliciente de la presencia de dos raquetas que pertenecen ya a la historia del tenis español: Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal.
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