20.000 familias desahuciadas
La política social reaccionaria practicada durante las dos últimas décadas en Europa, con uno u otro grado de intensidad en los diversos países, ha dejado, en el ámbito de los de la Unión Europea, 57 millones de pobres y 18 millones de personas sin vivienda (datos del propio Parlamento Europeo y del Observatorio Europeo de los Sin Techo).Los ataques de esa política reaccionaria a la legislación social progresista en materia de vivienda han llevado a subidas espectaculares de los precios de ésta, han incrementado sustancialmente los desahucios y han generado una sobrecargada demanda de viviendas a las administraciones públicas que éstas no pueden atender.
Italia fue pionera, en 1976, en esos ataques a la normativa habitacional progresista, sobre todo en los alquileres, lo que provocó fuertes subidas de los precios inmobiliarios en general y que, dos décadas después, el porcentaje de viviendas en alquiler se haya reducido de modo drástico, al encauzarse la demanda hacia las viviendas en propiedad, ante lo ocurrido con los alquileres (se cuenta con estudios reveladores al respecto, como los del Banco Internacional de Pagos y los de la Federación Hipotecaria Europea).
En España, la política habitacional reaccionaria golpea duramente con el decreto Boyer de 1985, seguido de otras medidas, como el decreto de descontrol de las viviendas de protección oficial y la ley de desahucios de 1994.
A finales de 1997, esa ley llevaba en vigor tres años (1995, 1996 y 1997), y en ellos sólo en el municipio de Madrid fueron desahuciadas cerca de 20.000 familias. Y quienes necesitan vivienda y los muchos millares de desahuciados se encuentran cogidos entre la legislación reaccionaria de alquileres y la obligación de comprar pisos, si quieren ponerse a salvo de esa legislación.
Y bajo tamaño imperio de la especulación y el desahucio (no faltando presiones para que esto se ponga, legislativamente, todavía peor), se clama, de vez en cuando, por lo inasequibles que son las viviendas para los ciudadanos y por los extremos a que se ha llegado en este problema. ¿Qué se esperaba con semejante política?- . Presidentes de asociaciones de vecinos.
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