"La ley contra las redes de inmigración ilegal tiene lagunas"
Dice que tiene entre manos más de 40 proyectos para mejorar la atención de los inmigrantes y para facilitarles los trámites burocráticos que dependen de cuatro ministerios (Interior, Justicia, Asuntos Exteriores y Trabajo). "Esta estructura estaba pensanda para hace 50 años, cuando no había un extranjero en toda la Península. Pero hoy, que los flujos migratorios van en aumento, eso necesita una reforma", asegura. La reforma ya está prevista a través de unas recomendaciones al Gobierno aprobadas por el Parlamento, entre ellas la creación de una secretaría de Estado de Emigración que coordinaría todas esas funciones dispersas. "Yo creo que, a la vuelta de vacaciones, el ministro del Interior elevará al Gobierno la posibilidad de crear esa secretaría de Estado", apunta Ónega.Pregunta. Partidos de oposición y organizaciones humanitarias han acusado al Gobierno español de pasividad por no colaborar en el rescate de 38 marroquíes ahogados hace un mes al hundirse una patera, cerca de Melilla. Y, además, de haber ocultado este hecho a la opinión pública. ¿Tienen razón?
Respuesta. España no conoció este naufragio hasta el 5 de julio, cuando el gobernador de Nador hizo una petición de bolsas-sudario. Hay que decir rotundamente, y sin ánimo de tapar ni esconder nada, que no se actuó porque no se supo que había ocurrido ese accidente. Pero cuando se supo, enviamos lo que nos pidió el Gobierno marroquí. ¿A quién beneficia la ocultación? Desde luego, a España no. Las desgracias no se tienen que ocultar y menos cuando no se es responsable de ellas.
P. ¿Pero no se pudo presionar a Marruecos para que aceptara la ayuda de España? ¿No hubo un poco de pasividad?
R. El delegado del Gobierno en Melilla, Enrique Beamud, insistió ante el gobernador de Nador y éste dijo que sólo quería las bolsas para los cadáveres. Hubo un ofrecimiento para el rescate de los cadáveres y no la aceptaron. No sé por qué, pero no lo aceptaron.
P. ¿La actuación del Gobierno español fue correcta?
R. Sin duda. España mandó lo que Marruecos nos pidió. ¿Cómo es posible pensar lo contrario? Nosotros hemos acreditado nuestra política humanitaria, y no quiero hacer comparaciones con situaciones anteriores: en las aguas del Estrecho, en el rescate de náufragos; 3.000 subsaharianos traídos a la Península desde Ceuta y Melilla para su atención humanitaria; atención humanitaria de 800 peticionarios de asilo en los últimos meses; tratamiento humanitario de grupos de riesgo, de mujeres, de enfermos... ¡Qué no haríamos si vemos a una persona en peligro!
P. ¿Hay sospechas de que las autoridades marroquíes sí quieren ocultar este tipo de dramáticos naufragios de pateras?
R. Yo no lo sé. No puedo suponer que haya un país que con sus nacionales tenga esa política que se le atribuye... Deberíamos erradicar los excesos y las demagogias. Nuestra política debe ser de prudencia, de consenso con todos los partidos, ONG, sindicatos... Y a mí me duele mucho que desde Interior nos hayamos partido la cara por esa política de consenso y ahora se nos achaquen voluntades parciales, porque si hay algo que es una cuestión de Estado es la emigración.
P. ¿Quién tiene la culpa de la inmigración ilegal?
R. El inmigrante no es el culpable de nada, ¡es la víctima!
P. ¿Está dando a entender que la oposición está utilizando este asunto de forma demagógica?
R. Estos días hay afirmaciones en la prensa que... no sé. Esta catástrofe se produjo hace un mes y fue publicada en los periódicos. ¿Dónde está el pacto de silencio del Gobierno? Que un mes después se saque de nuevo esta noticia, me parece un tanto singular.
P. De sus palabras parece deducirse una crítica a la oposición...
R. No, no. Me tengo por democráta y respeto las opiniones. No obstante, cuando lees en la prensa exageraciones como que los pescadores melillenses encontraban a cada paso cadáveres flotando y que éstos estuvieron flotando 10 días... Si eso hubiera sido cierto, a la Guardia Civil le habría faltado tiempo para salir a rescatarlos. También es una exageración acusarnos de prevaricación. ¿Pero es que alguien dió una orden para que no se rescatasen los cadáveres?
P. ¿Está habiendo este año una avalancha de pateras superior a otros años?
R. En el año 1996 hubo cuatro naufragios; en el 97, tres; y este año, hasta el 30 de junio, hubo cinco. Por tanto, han aumentado. En cuanto a ahogados o desaparecidos: 31 en el 96; 61 en el 97 y 31 en lo que va de año. En cuanto a cadáveres rescatados: 10 en el 96; 24 en el 97 y 8 en lo que va del 98. Y, por último, en cuanto a náufragos rescatados con vida hubo 34 en el 96; 18 en el 97, y 36 en los seis primeros meses del presente año. Es decir, sí ha habido un aumento de esta degraciada actividad de las mafias que alquilan las pateras.
P. ¿A qué atribuye este aumento?
R. Los flujos migratorios van en aumento en todo el mundo y singularmente en Occidente. España no podía ser una excepción, porque somos la frontera sur, y por tanto sí hay un ligero aumento de ese flujo migratorio. Que seguirá en el futuro porque la peste, la sequía y la enfermedad de África arrojan contingentes masivos de personas hacia lo que consideran el paraíso.
P. ¿Está satisfecho de los resultados en la lucha contra las mafias?
R. Satisfecho no puede estar nadie. Cada día hay éxitos en la lucha contra estos criminales, pero hay que avanzar en la persecución policial y acentuar la cooperación policial.
P. ¿Qué otros instrumentos hay para hacer frente a la inmigración ilegal?
R. Hay que acoger a los inmigrantes que podamos integrar socialmente. En segundo lugar, hay en el Parlamento un proyecto de ley de CiU -nuestros socios de Gobierno- para la integración social de los inmigrantes y corregir las disfunciones de la Ley de Extranjería, que necesita alguna correción. También hay que ordenar los flujos migratorios. Y, por último, es preciso poner en marcha la cooperación internacional para el desarrollo de los países de donde vienen no sólo los hambrientos, sino aquellos a los que allí no se les da democracia o cultura.
P. Pero esta cooperación está aún muy verde ¿no?
R. Sí, porque es muy costosa e inasumible por un solo país. Conlleva inversiones muy cuantiosas y debe hacerse desde la Unión Europea.
P. ¿Es partidario de endurecer la ley contra las redes de traficantes de seres humanos?
R. Hay lagunas en la legislación. Recientemente hubo una sentencia en Gerona que dejó impune la muerte de 11 inmigrantes que eran transportados en un camión... y eso es llamativo. Es preciso regular y sancionar conductas que hoy no lo están.
P. Hoy no se castiga a nadie si no se prueba que trae a un inmigrante ilegal para que trabaje clandestinamente. ¿Es partidario de que baste sólo con que alguien meta a un extranjero irregularmente?
R. Es que eso choca con las voces que señalan la función humanitaria. A veces es dificil distinguir cuándo una persona acoge a un inmigrante ilegal por razones humanitarias y cuándo negocia con esa acogida...
P. ¿Hay muchos españoles que se están lucrando con este tráfico de hombres?
R. Sí, los hay. La inmigración, como toda explotación basada en la desgracia humana, es un negocio.
P. ¿Cuántos inmigrantes irregulares viven en nuestro país?
R. No puede haber muchos. El cupo de 1998 lo solicitaron 60.000 extranjeros. Pongamos que esa es una cifra válida para decir que esos son ilegales; pero si queremos podemos ascender hasta 100.000. De ahí no pasa.
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