Romper las formas
Pocos espectáculos resultan, actualmente, tan brutales y directos como el de Leo Bassi, un energúmeno incluido en el elenco de los mejores payasos, comediantes y artistas de teatro. Todo él es provocación. La organización del ciclo de Teatro del Buen Humor del Ayuntamiento de Benicàssim decidió que Bassi formara parte de las actividades de este certamen, cuyo desarrollo se ha hecho coincidir con la celebración del Festival de Música Independiente de Benicàssim (FIB), que se celebra estos días. Todo un acierto y un retrato del Benicàssim de este fin de semana, en el que los pelos de colores y el vestir al desuso son complementos habituales de una forma de vida. Casi de igual forma, aunque de distintas maneras, el mayor espectáculo circense italiano acaba con todos los tabúes y los convierte casi en rutina. El carácter transgresor y socialmente poco recomendable de cargar contra los grandes pilares de la mayor parte del planeta también forman parte de su montaje. Bassi rompe con todos los moldes. Nada en él es parecido a la mayoría. Es particular. Pero Bassi también va al fondo de la cuestión y hace surgir los instintos más primitivos de los espectadores. Escatológico e histrónico hasta la saciedad, no esconde, sin embargo, su ternura y sencillez. Leo Bassi actuó en la noche del viernes en el Teatre Municipal de Benicàssim con la representación del montaje Instintos Básicos. El público de Bassi se involucró absolutamente en el loco espectáculo de un personaje cuyo rostro, en ocasiones, transmite la misma semblanza que la de un hombre apacible y tranquilo. Sus delirantes propuestas llegaron hasta el público, al igual que en otras ocasiones llegan partes de los fisiológicos elementos que utiliza durante sus actuaciones, cuando decide no engullirlos. Precisamente este hecho le ha provocado la prohibición, de por vida, de entrar en el prestigioso Anne Tyler Hall del Lincon Center de Nueva York. Son la mierda, la caca, las heces, uno de los instrumentos preferidos de este genio que se ha hecho popular en España por sus últimas apariciones en el programa Lo más plus de Canal +. Y parece que siempre ha sido así. A los siete años, hace casi cuarenta, Bassi, con un árbol genealógico enraizado en la tradición del circo moderno, participó, ante una audiencia de granjeros y aborígenes en una versión de la pantomima Aladino y la lámpara maravillosa. Era la Australia profunda en la que sus padres actuaban en un show-road llamado Sortie"s. A partir de entonces, los éxitos y los callejones sin salida, la experiencia llena de emociones, marca su trayectoria. Tras trabajar en el Trio Bassi, anduvo durante cinco años por las calles del mundo con el espectáculo El circo más pequeño del mundo. Después llegaron momento mejores y en 1994 se le concedió en premio Nariz de Oro. Bassi ha sido sólo una, aunque grande, de las posibilidades que ofrece Benicàssim durante este fin de semana. El FIB se ha encargado y ha logrado, este año, complentar el cartel musical con un sinfín de propuestas complementarias para hacer aún más suculenta la estancia en Benicàssim. La moda, el cine, el teatro y distintos cursos de verano completan la oferta.
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