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Grecia sufre los incendios más devastadores de los últimos 10 años

Los incendios más devastadores de los últimos 10 años arrasan Grecia. Llegaron con el verano y el calor, y en esta ocasión ni siquiera los dioses han salido indemnes. Tanto el monte Olympos, morada de las antiguas deidades griegas, como el Monte Azos, refugio monacal de la fe ortodoxa, formaron parte de la larga lista de zonas afectadas. Tampoco se salvó el ecosistema del monte Taiguetos, único en Grecia, y una de las más importantes reservas de pino negro de Europa.Según datos del Ministerio de Agricultura griego, alrededor de un millón de hectáreas han sido devastadas por el fuego a lo largo del verano. La región del Ática es, sin duda, la más perjudicada. A las montañas de Párniza, Ymitós y Pendelis, hasta ahora los tres pulmones atenienses, apenas les queda nada por quemar. Muchos vecinos han abandonado sus casas, y numerosos campamentos de verano y hospitales de la zona fueron evacuados el pasado martes. Un centro infantil de cuidados especiales repetía la operación por tercera vez en un mes.

El primer ministro, Kostas Simitis, interrumpió sus vacaciones y regresó a Atenas ante la situación de emergencia creada por la intensidad de los últimos incendios. Desde el inicio del verano, siete personas han perdido la vida, entre ellas tres bomberos, y 100 casas han sido destruidas por el fuego tan sólo en la región de Ática. A pesar de desconocerse las causas originarias de los incendios, las últimas investigaciones del Ministerio de Orden Público apuntan a que una gran parte de ellos haya podido ser provocada.

La continua aparición de nuevos focos incendiarios mantiene en vilo al cuerpo de bomberos, que como ya empieza a ser habitual, no da abasto a pesar de contar con la colaboración del ejército. Nadie se puede explicar qué está sucediendo.

El desastre económico y ecológico es incalculable. Las grandes extensiones de terreno quemadas en 1995 han vuelto a ser pasto de las llamas, en algunas ocasiones por segunda vez en un mes. A estas alturas, los vecinos del Ática ya saben lo que esto significa: la imposibilidad de que vuelva a repoblarse en mucho tiempo y la certeza de que en los próximos años, los veranos serán todavía más calurosos y la contaminación más elevada.

Por si no fuera suficiente combatir récords en incendios, este año el verano griego también ha querido competir con los pasados. Hasta los meteorólogos reconocen que es de los más calurosos en los últimos años. La temperatura se acerca frecuentemente a los 40 grados a la sombra y los altos niveles de humedad empeoran la situación. Desde el pasado fin de semana 12 ancianos han fallecido en Salónica a causa del calor.

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