India y Pakistán agudizan su crisis con combates por el control de Cachemira

India y Pakistán han recrudecido peligrosamente su disputa por Cachemira, donde el duelo artillero que ambos países vecinos libran en la región fronteriza desde hace cinco días se ha cobrado ya cerca de un centenar de víctimas, la mayoría civiles. Las fuerzas paquistaníes, según Islamabad, destruyeron ayer el cuartel general de una unidad enemiga y causaron "numerosas bajas". En otro incidente, presuntos militantes integristas cachemires mataron a 37 personas en el Estado indio de Himachal Pradesh.

El Ejército paquistaní hizo saltar ayer el cuartel general de una unidad india durante los bombardeos y causó la muerte de "numerosos soldados" en otras posiciones indias, aseguró la agencia oficial paquistaní APP. Según APP,los disparos afectaron al sector de Kargil, situado 200 kilómetros al sureste de Srinagar, en la línea del frente que separa a los dos Ejércitos en el territorio himalayo de Cachemira. India desmintió la destrucción de sus bastiones militares.En otros dos incidentes, 37 personas fueron asesinadas en el Estado norteño indio de Himachal Pradesh por presuntos militantes integristas cachemires. Un grupo armado llegó el domingo por la noche a Chamba, cerca de la frontera en la parte india de Cachemira y mató a 26 obreros indios tras haberlos despertado y atado con cuerdas.

Otros 11 trabajadores murieron también en el pueblo próximo de Satrundi. La guerrilla islamista que opera en la Cachemira india ha multiplicado este año las matanzas de ciudadanos indios.

Más de 300.000 ciudadanos han abandonado sus poblaciones, situadas en la Cachemira india desde que la guerrilla iniciara sus combates contra Nueva Delhi a principios de 1989, que ya han causado 25.000 muertos.

El primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, advirtió ayer a Pakistán que su país responderá con firmeza si prosiguen los ataque, al tiempo que reiteró la disposición de Nueva Delhi a reanudar el diálogo con Islamabad sobre el contencioso cachemir.

Fuentes oficiales indias informaron de que los combates de artillería se reanudaron después de una breve interrupción durante la pasada madrugada. En apenas cinco días, las fricciones han costado la vida a 90 personas, en su mayor parte civiles.

Vajpayee declaró que está "decidido a garantizar la seguridad de sus fronteras". "Responderemos con firmeza a los ataques paquistaníes", dijo el jefe del Gobierno, que acusó a Islamabad de fomentar el terrorismo en Cachemira y pidió que deje de apoyar la rebelión musulmana que opera desde hace ocho años.

Cachemira está dividida desde la repartición que India y Pakistán hicieron del territorio en 1947. Ambas naciones han librado desde entonces tres guerras y siguen disputándose la soberanía de esa región del Himalaya, controlada administrativamente en sus dos terceras partes por los indios y el resto por los paquistaníes.

Vajpayee reiteró ayer ante el Senado su disponibilidad a reanudar las conversaciones con su homólogo paquistaní, Nawaz Sharif, con el fin de resolver el litigio de "forma real y racional". Las últimas hostilidades estallaron tras el fracaso del encuentro que Vajpayee y Sharif sostuvieron la semana pasada en Colombo (Sri Lanka). Los dos países se han acusado mutuamente de ser responsables de esta escalada.

Llamamiento chino

China, que suele alinearse políticamente junto a Pakistán (es uno de sus principales proveedores de armas y ha impulsado su programa nuclear) hizo en las últimas horas un llamamiento a la calma y a favor del diálogo bilateral. Pekín está muy preocupado por el peligro que la crisis indo-paquistaní puede suponer para la estabilidad asiática.Sin embargo, Pekín actuó con moderación después de que Pakistán respondiera con varios ensayos nucleares a las pruebas que había efectuado India semanas antes, en el mes de mayo. "Esperamos que ambos Gobiernos den prueba de responsabilidad y eliminen sus divergencias mediante el diálogo", ha declarado un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino.