El eterno triángulo

En los últimos quince días, el fiscal Kenneth Starr ha conseguido una serie de victorias legales que han puesto a Bili Clinton y a la Casa Blanca a la defensiva. (...) La más reciente de estas victorias ha sido la de conseguir un acuerdo con Mónica Lewinsky: ella dirá la verdad sobre su relación con el presidente a cambio de la inmunidad legal respecto a las mentiras que ha dicho. Lo que Lewinsky va a declarar es precisamente el tema candente. Lewinsky admitirá su relación sexual con Clinton, algo que ambos han negado bajo juramento, e incluso algo más grave: que el presidente y otras personas le dijeron que mintiera. (...) La opinión pública piensa que las acusaciones contra Clinton son banales. (...) Porque ¿justifica esa conducta de Clinton la actuación del fiscal Starr —cuatro años de investigación en la que han sido implicados docenas de abogados y que ha costado más de 40 millones de dólares— (...), que ha distraído al presidente de sus obligaciones respecto a la administración del país? (...) Los esfuerzos del fiscal para relacionar a los Clinton con el asunto Whitewater fracasaron. (...) Si ahora logra establecer una línea de corrupción que una el caso Whitewater con el caso Lewinsky y otros, será absuelto de haber implicado a Clinton en una investigación perversa y creará al presidente serios problemas. En el caso contrario, (...) los apuros de Clinton se convertirán en un triunfo glorioso sobre fanáticos intolerantes y conspiradores de derechas. (...)

1 de agosto