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La chistera del Sr. Camps

Es una estrategia del consejero Camps, cuando crece la tensión en el sector educativo por las deficiencias de su gestión, salir a los medios para, con una falta absoluta de rigor, anunciar con grandes cifras las maravillas que está haciendo su departamento, o para propagar a bombo y platillo importantes proyectos educativos que van a colocar a la Comunidad Valenciana en el sector educativo a la cabeza del mundo mundial. La pena es que, cuando una intenta verificar la verosimilitud del anuncio, el globo se deshincha y comprueba que se trata de un nuevo conejo sacado de la chistera para ocultar y distraer la atención de los verdaderos y graves poblemas que tiene sin resolver el sistema educativo valenciano. Así, ante las reiteradas denuncias por el escandaloso déficit en la construcción y adecuación de centros de Secundaria, Camps anuncia que el próximo curso estarán en marcha 30 nuevos institutos Logse (El País, 14-III-98). Posteriormente se comprueba que la mayoría de estos centros son habilitaciones de viejas infraestructuras educativas o municipales, donde se escolarizará de un manera totalmente precaria e inadecuada al alumnado de 3º de ESO de una serie de localidades, que, a estas alturas, deberían contar con el centro prometido en el mapa escolar. De igual manera, Camps asegura que "gracias al PP los barracones y los dobles turnos están tocando a su fin" (El País, 29-IV-98), cuando el déficit de puestos escolares o la falta de previsión para construir las aulas de Tecnología necesarias en los antiguos Institutos de Bachillerato, van a incrementar de una manera espectacular la instalación de aulas prefabricadas y los dobles turnos en el curso 98/99. Los ejemplos son numerosos, pero me voy a referir sólo a dos más porque en ellos Camps, en su afán de distraer la atención de los problemas reales, no duda en jugar demagógicamente con las dos cuestiones que más interés despiertan en las familias: la informática y los idiomas. El proyecto Infocole ha sido la estrella de numerosas ruedas de prensa sin que nadie sepa a ciencia cierta en qué consiste. Al parecer, se trata de una iniciativa de Presidencia (paralela, por tanto, al programa de Introducción de la informática en la enseñanza, que está en marcha desde hace más de 12 años) que va a afectar a 110 centros, seleccionados no sabe cómo ni con qué criterios. Los expertos no dudan en manifestar su escepticismo ante un proyecto que pretende ser una panacea, ya que saben que se necesita un gran y sostenido esfuerzo presupuestario y un largo tiempo par implantar la informática en la enseñanza. Y es que una cosa es disponer de un aula con ordenadores y, otra, que todo el profesorado pueda y sepa usarlos como herramienta pedagógica. Pero, además, cuando una busca la partida presupuestaria para financiar tan ambicioso proyecto, se encuentra con que no sólo no existe, sino que se tiene que recurrir a una modificación presupuestaria que detrae dinero de la construcción de centros, puesto que, al parecer, se trata simplemente de aprovechar un crédito europeo destinado, en principio, al proyecto de la fallida torre de comunicaciones, sin que se haya hecho pública la más mínima planificación ni el compromiso de la inversión plurianual necesaria para el mantenimiento de esta iniciativa, aunque sólo sea en esos 110 centros. En cuanto a los idiomas, en el mes de mayo, de nuevo Camps nos sorprende con un proyecto que "llevará al sistema educativo hacia el trilingüismo", de modo que los alumnos terminarán la Secundaria "no sólo conociendo, sino dominando un idioma extranjero", aparte del valenciano y el castellano. ¡Ahí es nada!. Pero el globo se deshincha a los dos meses, cuando, en la normativa que se publica al respecto, simplemente se regula la posibiidad de autorizar a los centros de Primaria, que dispongan de profesorado habilitado en un lengua extranjera y que lo soliciten, a elaborar un programa de educación bilingüe enriquecido (sic), en el que se utilizará la lengua extranjera como lengua vehicular de enseñanza, progresivamente de 1,5 horas a 4 horas a la semana. Realmente, parece una broma, ya que no hace falta ser un experto para saber que el dominio de una lengua extranjera como lengua vehicular de enseñanza requiere más de la mitad del horario semanal, una formación específica del profesorado, la asistencia de nativos, el poder trabajar de forma casi personalizada con los alumnos, etc. etc. En definitiva, la elaboración y planificación rigurosa de un proyecto por parte de la Administración que garantice su continuidad, los mecanismos para la permanencia del profesorado en el centro, un control y una evaluación continua y, por supuesto, disponer de la financiación necesaria, año a año. Lo contrario es demagogia pura y simple, aparte de fiarlo todo a la improvisación y, una vez más, al entusiasmo del profesorado, un entusiasmo que no se sabe cuánto durará, ante la sensación de abandono y el deterioro que la política del PP está provocando y propiciando en el sector público educativo. Y esta última afirmación desgraciadamente no es humo, sino la triste y preocupante realidad. Lo demás es pretender tomar el pelo a la ciudadanía con conejos sacados de una chistera.

Mercedes Madrid es secretaria de Educación del PSPV-PSOE

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