Farreres asegura que una relación confederal es posible dentro de la actual Constitución
Ignasi Farreres, secretario general de Unió Democràtica (UDC), dijo ayer: " no es una verdad inmutable ni nos ha sido dada en el Sinaí como si fueran las Tablas de la Ley". Farreres se lamentó: "Después de 20 años, aún no sabemos cuál es la diferencia política entre nacionalidad y región", aunque reconoció que una relación confederal entre Cataluña y España es factible con el texto actual. Jordi Petit, secretario adjunto, insistió ayer en que el líder de UDC , Josep Antoni Duran Lleida, sería "un excelente número dos" en la candidatura de CiU.
Farreres, que hizo estas declaraciones durante la clausura de la VI Escola d"Estiu de la Unió de Joves, en L"Ampolla (Baix Ebre), reconoció los avances conseguidos en España gracias al texto constitucional, aunque también ha habido "disgustos importantes", dijo. En su opinión, "la concepción plural del Estado ha quedado amortiguada en una especie de descentralización que no reconoce adecuadamente las diferencias entre nacionalidades y regiones". Entre los factores que han "aguado" la distinción que establece el artículo 2 del texto constitucional entre nacionalidades y regiones, Farreres citó las leyes de armonización, la legislación de bases y "alguna que otra interpretación restrictiva hecha por el Tribunal Constitucional". Por esas razones, el político nacionalista considera "absurdo que hoy en día no podamos acercarnos de una manera crítica, aunque respetuosa, a la Constitución". Lo realmente importante, según Farreres, es "que el Estado reconozca su pluralidad en ámbitos tan íntimos como el simbólico, el institucional, el competencial, el fiscal-financiero y el internacional". Para ello, cree el secretario de UDC, "hay que avanzar hacia una relación entre Cataluña y España que sea confederal en materia de cultura, federal en las relaciones económicas y autonómica en su plasmación institucional". Todo ello, aseguró Farreres, "es factible" con la actual Constitución. Revisar el texto, matizó, no supone "una voluntad de romper el consenso de 1978, sino expresamente la intención de recuperarlo y poderlo cumplir". Según Farreres, nadie puede acusar al nacionalismo catalán de buscar "una política de privilegios". En este sentido, aseguró que es necesario convertir el "catalanismo político en un catalanismo público", en el que las pretensiones políticas y de construcción comunitaria sean defendidas por el conjunto de la comunidad. Por otra parte, Jordi Petit, en declaraciones a la agencia Efe, insistió de nuevo ayer en la posibilidad de que el líder de UDC, Duran Lleida, figure como número dos en la candidatura de CiU para las elecciones autonómicas catalanas, y añadió: "Sería incluso un excelente número uno si no fuera porque ya tenemos un excelentísimo número uno que es Jordi Pujol". Petit, que matizó que hablaba a título personal, insistió en que su partido continúa apostando por esta operación electoral, si bien reconoció que UDC no hará "un planteamiento unilateral" porque saben que "el sentimiento general en CDC no es favorable a esta idea". La propuesta de que el líder de Unió, que no ejerce ningún cargo público, se presente como número dos de CiU, detrás de Jordi Pujol, o bien ocupe un puesto de responsabilidad en el Gobierno catalán fue planteada hace ahora un año por dirigentes de UDC, aunque nunca prosperó debido a las reticencias de CDC. El partido de Jordi Pujol sostiene la tesis de que este puesto en las listas electorales corresponde tradicionalmente al candidato de la coalición a la presidencia del Parlament, postura que ha sido recordada recientemente por el consejero de la Presidencia, Xavier Trias, que aseguró que no se oponía a que Duran Lleida fuera el número dos, si bien este puesto debería coincidir con el de presidente del Parlament.
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