Marey: "Se me ha hecho justicia a mí y a toda la sociedad española"

Hora y media tardó en reaccionar Segundo Marey tras escuchar la sentencia que condena a quienes el 4 de diciembre de 1983 le secuestraron y le mantuvieron oculto durante diez días en una cabaña de Colindres (Cantabria). "Se me ha hecho justicia a mí y a toda la sociedad española", fueron las primeras palabras que pronunció, a la puerta de su casa, en Hendaya (Francia). Marey no quiso hacer valoración alguna ni de las penas impuestas ni de su indemnización, de 30 millones de pesetas.

"El dolor no se puede calcular ni saber cuánto vale", respondió Segundo Marey cuando los periodistas le preguntaron por la indemnización de 30 millones de pesetas que deberá cobrar. Lo único que le falta para cerrar aquel triste capítulo de su vida, puntualizó, es visitar la cabaña en la que pasó aquellos tristes días de diciembre que cambiaron su existencia.Marey dijo estar satisfecho de la resolución judicial, pero matizó que no le reporta ninguna felicidad: "No estoy feliz ¿De qué voy a estar contento? Lo que sí estoy es satisfecho. Espero que a partir de ahora me dejen morir tranquilo".

También reconoció Marey que durante la instrucción de la causa y el juicio, veía "difícil" que los culpables llegaran a ser condenados. Ahora, el fallo del Tribunal Supremo abre las puertas, según él, para que la justicia española pueda resolver los casos de las restantes víctimas de los GAL . "Ahora hay que saber entrar [en ellos] y poder entrar", afirmó.

En cambio, restó importancia al hecho de que no se haya implicado en este juicio al ex presidente Felipe González: "No me importa porque todo el mundo lo sabe todo ahora".

Marey estaba enterado de que la sentencia se televisaría en directo y se sentó frente a su receptor en la sala de su vivienda y colocó sobre la mesa camilla una cuartilla y un bolígrafo. A medida que se la daba lectura iba cerrando lentamente un capítulo de su vida. Después un nudo en el estómago le impidió hablar y pasó un tiempo, hora y media, reflexionando para expresar lo que sentía.