Respuesta
Por alusiones, contesto por la presente a las declaraciones del señor Valladares, aparecidas en EL PAÍS del 21 de julio, en la sección de Sociedad.Desde 1960, en que se declaró legalmente el coto nacional de Cazorla-Segura, hasta 1986, en que el mismo quedó incluido en el entonces recién declarado parque natural de las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, incluso hasta julio de 1988, cuando quien suscribe fue nombrado director-conservador del parque, no tuvo ningún biólogo nada que ver con la gestión cinegética del coto nacional.
Curiosamente, en los años 1985, 1986 y 1987 comenzaron a detectarse los primeros casos de mortalidad de la especie cabra montés por escabiosis (sarna) en las sierras mencionadas.
Es decir, que en julio de 1988, ya con una mortalidad inesperada en la especie, se nombró a un biólogo director-conservador del parque natural de las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.
Sobre cómo se cazase una especie de fauna o se gestionase un territorio en los 27-28 años anteriores a la aparición de la parasitosis habría mucho de qué hablar, pero desde luego no con alguien como el señor Valladares.
De 1988 en adelante se ha cazado con intensidad adecuada en el coto nacional-parque natural, con objeto de restablecer la pirámide de poblaciones de todas sus especies cinegéticas y evitar el exceso de herbivoría. Y precisa, y también curiosamente, para limitar las poblaciones de especies cinegéticas no autóctonas (gamo y muflón) que habían sido introducidas con anterioridad, en los años de declaración del propio coto nacional. Introducción que todos los expertos han reconocido como una de las causas determinantes de la aparición de la escabiosis en la cabra montés por efecto de competencias poblacionales, tróficas y territoriales.
Gracias a aquellas medidas de reducción de efectivos poblacionales, entre otras, las monteses comenzaron a recuperarse de manera casi espectacular entre los años 1992 a 1995 y siguientes, lo que permitió comenzar a cazar a rececho un discreto número de ejemplares ya en 1995, potenciando la caza selectiva en detrimento de los permisos de trofeo, contrariamente a lo que había sido tradicional.
Desgraciadamente, la parasitosis en cuestión, con posterioridad, ha afectado a otros territorios nacionales y otras especies cinegéticas, cuya gestión ignoro si ha correspondido a biólogos o ingenieros de montes, sin que lo aclare el señor Valladares en sus específicas declaraciones. Aquello, lo de cuál sea el título académico del gestor correspondiente, lo ignoro deliberadamente porque me parece irrelevante.
Hablar de un problema de conservación de la fauna con la ligereza y el desconocimiento con que lo hace el señor Valladares, evitando considerar las causas, los orígenes y las consecuencias del asunto, y basando toda la enjundia de su razonameinto en la anticuada discusión de la idoneidad o falta de ella de un título académico, denota cierta falta de elegancia y parece impropio de un presidente de la asociación nacional de lo que sea.- Ex director-conservador del parque natural de las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.
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