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Independientes y eunucos

Quien esta columna firma es uno de los 55 sospechosos que al parecer invalidan el foro Andalucía en el Nuevo Siglo. Lo siento por el Foro, pero no por mí. Ser acusado de filosocialista es un honor inmerecido para quien tiene un tan pobre bagaje de acción política. Ojalá lo hubiera sido antes, ojalá lo hubiera sido más. No puede dejar de honrarme que me asocien a un partido que -mejor o peor, en los últimos tiempos peor- es el heredero de ideas y personas por las que siento cariño y respeto. La lista de los 55 ha evidenciado, para quien tuviera dudas, el talante inquisitorial del PP; para ellos el castillo de Triana sigue en pie, la Inquisición viva y las listas de marranos en vigor. Porque lo que este partido ha hecho para intentar desprestigiar el foro que ellos nunca hubieran podido poner en pie (si es que se les hubiera ocurrido, lo que es improbable) ha sido una versión política del tirar de la manta para descubrir orígenes impuros. En mi caso han pinchado en hueso: este judío nunca ha ocultado sus orígenes. En parte porque he oído hablar desde antes de tener memoria de la Institución Libre de Enseñanza, de Julián Besteiro o de Giner de los Ríos. En parte porque me deslumbró Kant, desde que en el instituto oí por primera vez hablar del imperativo moral categórico. En parte también, como dijo una vez don Plácido Fernández Viagas, otra personalidad a la que admiro, porque soy cristiano. Pero lo que aquí nos trae no soy yo, sino la cuestión de la independencia. Según el PP, expresar convicciones supone la pérdida de la independencia. Cabe preguntarse, ¿qué régimen implantan entre sus militantes y simpatizantes para que así piensen?, ¿les obligan a abdicar de toda independencia de pensamiento u obra? Y también: ¿qué o quien es para ellos independiente? Tal vez una especie de eunuco público, que nunca diga lo que piensa, que se abstenga de comentar lo que vota, que no participe en nada, que siga la consigna de las madres antiguas que decían "niño, tú no te señales". Eso pasaba en el franquismo, pero algunos de estos señores creen que el Régimen no ha acabado: son fascistas biológicos. La independencia, por si no lo saben, es mantener el juicio claro, la facultad crítica libre y las manos sin atar, no el no estar en ninguna parte ni el callar. La independencia -acudo ahora a la parte analógica del Casares- es libertad, imparcialidad, indocilidad o hasta desobediencia. ¿Puede algún demócrata sostener que expresar públicamente simpatías por ideas o creencias supone perderlas? ¿Puede alguien que no sea un totalitario sostener que tener ideas es tener cadenas? ¿Puede alguien que no sea un fanático creer que el sometimiento a los poderes ha de ser absoluto? A lo peor ellos funcionan así, y quienes con sus ideas simpatizan pierden su soberanía, su libertad y su imparcialidad hasta hacerse dóciles y obedientes. Si es así, les garantizo que eso sólo pasa en la derecha. Y además en la más rancia y autoritaria: la de quienes elaboran listas y confunden a los independientes con los eunucos. Esperemos que el Foro ayude a Andalucía a entrar en el siglo XXI sin la intolerancia del XVI.

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