El Museo de Azpeitia saca a relucir sus tres locomotoras de vapor centenarias
El Museo Vasco del Ferrocarril, que se encuentra en la localidad guipuzcoana de Azpeitia, sacó ayer a relucir sus joyas: tres locomotoras de vapor centenarias con cuya exhibición en una gran fiesta del vapor quiso conmemorar que hace 150 años se instauró el primer ferrocarril en España, el que hacía la línea Barcelona-Mataró. La locomotora más antigua es Zugastieta, que fue construida en Glasgow 1888; le sucede Guipúzcoa, hecha en 1892 y la más joven, Aurrera, fue fabricada en 1898, en Manchester. Ellas contribuyeron a la revolución de las costumbres con la que nuestros antepasados directos descubrieron la movilidad e hicieron que el País Vasco fuera a finales del pasado siglo pionero en contar con una red de infraestructuras a nivel europeo. El Museo del Ferrocarril, ubicado en la cuenca del Urola que en esos años contó con su propia línea, es uno de los templos de arqueología industrial, destinado a mantener la memoria colectiva ante la velocidad de los cambios que impone el progreso. Y esto es lo que trató de hacer ayer al mostrar a todos los curiosos estos viejos cacharros de vapor, de los que ya sólo tenemos referencias en las películas del oeste americano. La presencia numerosa de gente dispuesta a pasear en los viejos trenes de madera remolcados por locomotoras de vapor y, a la vez, recrearse en el rítmico ruido mezclado con el característico humo que nos traslada por un momento al pasado, demuestra lo acertado de la iniciativa.
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