Polémica en el Reino Unido por un proyecto laborista para reformar la monarquía
La vigencia de la monarquía británica vuelve a debatirse. El apasionado debate sobre el papel de la corona en un país moderno y democrático se reavivó ayer con las propuestas de inspiración laborista para recortar el poder de la reina IsabelII y confinarlo a un plano meramente simbólico. Con aire ligeramente irritado, un portavoz del palacio de Buckingham, residencia oficial de la reina en la capital del Reino Unido, aseguró anoche que la idea no merecía comentario de ningún tipo porque "no refleja el pensamiento del Gobierno británico".
El punto en torno al cual giraban ayer las más variadas especulaciones era precisamente el sentido de una monarquía en el mundo contemporáneo. Si bien la propuesta de reducir las potestades constitucionales de la reina no ha salido oficialmente de Downing Street, sus responsables pertenecen a esferas muy próximas al primer ministro, el laborista Tony Blair.Pero la publicación de extractos de un informe elaborado por el centro de estudios Demos ha introducido elementos potencialmente inquietantes en la cordial relación que hasta ahora se ha mantenido entre Blair y la corona. Horas después de que el Daily Mail abriera ayer su edición con la noticia de que Demos presentará en septiembre uno de los informes más críticos sobre la monarquía británica, sus representantes adoptaron una postura cautelosa. Dicho centro de estudios está dirigido por Geoff Mulgan, un asesor del propio Blair que trabaja en el grupo de asesores políticos del número 10 de Downing Street, residencia oficial del primer ministro.
Según el Daily Mail, el estudio propone cambios radicales que, de materializarse, transformarían a la corona en poco menos que un elemento decorativo en el Reino Unido: la reina perdería el derecho a otorgar títulos y honores y perdería también su potestad de convocar unas elecciones generales en caso de un callejón sin salida parlamentario por falta de mayorías de gobierno.
Las reformas incluirían la anulación del juramento de lealtad a la reina que los parlamentarios deben prestar al tomar posesión de sus escaños en Westminster. El estudio sugiere, además, que la reina sea reemplazada por el presidente del Parlamento en la solemne inauguración de la sesión legislativa.
El informe critica también los esfuerzos de algunos miembros de la familia real por presentar una imagen de modernidad y acercamiento con sus súbditos. "Hacer que la monarquía cobre actualidad e importancia requiere de algo más que hacerse fotografiar con las Spice Girls, montando en bicicleta o apareciendo en programas de televisión. Tras la muerte de Diana, mucha gente se esperaba un cambio de verdad. Pero eso no ha ocurrido", apunta el documento, según la información publicada por el Daily Mail.
Citando a "una alta fuente laborista", el diario dice que la mayor parte del Gobierno de Blair estaría de acuerdo con las propuestas de cambio. Blair apoya decididamente a la familia real, lo que quedó de manifiesto durante la muerte del la princesa Diana, pero no todos los miembros de su Gabinete comparten su entusiasmo por la institución monárquica. Los críticos sostienen que si la monarquía quiere sobrevivir necesita de una serie de transformaciones en línea con las expectativas del cambio de siglo.
"No se trata de un ataque contra la corona", afirmó Marke Leonard, uno de los autores del controvertido estudio, titulado Modernizar la monarquía. "Por el contrario, son consejos para ayudarla a que florezca. La vasta mayoría de los británicos quieren una familia real. Quieren ese sentido de orgullo y pompa. Pero no quieren tener el sentimiento de que son gobernados por ella".
Ben Pimlott, el biógrafo de la reina Isabel II, declaró que tras la revelación del Daily Mail no hay necesidad de "ponerse histéricos". "La función política de la monarquía ya estaba a punto de ser inexistente", declaró el historiador.
Reacción airada
La reacción más airada partió de lord Blake, un prestigioso historiador y constitucionalista, que calificó el informe de "peligroso" e "ingenuo". "Los poderes que posee la reina son muy importantes. Alguien tiene que tenerlos y nadie ha sugerido quién mejor que ella para ostentarlos. Estoy en desacuerdo con este documento, como lo está la mayoría del pueblo británico. Si el Gobierno laborista lo adopta, no me queda la menor duda de que tendrá que pagar el precio en las próximas eleciones", declaró lord Blake al propio diario que adelantó el contenido del informe de Demos.La oposición conservadora no dejó, por supuesto, escapar esta oportunidad para fustigar al Gobierno de Blair. El portavoz tory, Liam Fox, dijo que el informe "revela las siniestras intenciones que hay bajo la superficie" del laborismo.
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