¡Bravo, Txente!
Un Bravo a Txente. Lo estamos viendo ahora por televisión y lo hacemos con un sentimiento de alegría y de rabia a la vez. La alegría por ver que estaba delante y pudo hasta ganar, y la rabia porque sabemos que hay muy pocas oportunidades para ganar una etapa y es la leche perderla por un tubular.Él me ha contado que se ha lanzado a bloque, que no ha mirado a nadie. Alguno por aquí le ha dicho que la última pedalada la había dado a medias y que por eso le había ganado Nardello. Y él afirmó: "No me digáis eso, no me digáis que ha sido por eso, porque me quedo preocupado". Lo normal es que en el golpe de riñón el que llega remontando desde atrás se lleva el gato al agua, pero a Txente le habrá faltado algo.
Y yo, allí. Al principio en los ataques, a ver si pescaba alguno. Así hasta que Txente ha entrado en el bueno. Se lo merecía porque ha sido el más valiente. Los demás a veces nos parábamos a coger oxígeno, pero el hombre ha insistido y lo ha conseguido. A pesar de que salió el corte, la etapa ha sido rápida por detrás, en el pelotón. Los Telekom y otros no querían dejar coger mucho tiempo a los escapados: tenían que defender los puestos que ocupaban en la general, porque delante iban algunos de entre los 15 primeros, como Heulot y Nardello, que ya han entrado entre los 10. Y eso no lo podían consentir.
Ya hacia el final nos pidió Eusebio que lleváramos a Beltrán delante, para estar bien colocado en el puerto de segunda, y luego nos avisó que había habido una caída con Peña y pidió que alguno se quedara esperándole para ayudarle a subir. Me he quedado yo. Hemos empezado a ir para arriba. Hemos pasado a la primera grupeta de rezagados y cuando íbamos por la segunda, ha ido Peña y me ha machacado. "¿Qué pasa?", le he dicho, "¿no te fías de mí para ir adelante o qué?". Me he quedado con El Chaba, que ya había soltado los hierros y se ha dejado caer en la segunda grupeta para que le llevaran. Por delante se puso el Cofidis al mando para ayudar al Telekom, que ya había perdido a algunos corredores.
Los últimos kilómetros nos hemos venido soltando para que en el masaje no nos aprieten tanto. Hemos subido el puerto con dos dientes más que los que llevaríamos si fuéramos disputando, para ir tranquilos y en el descenso nos dejamos caer y aceleramos en la salida de las curvas, aunque sin exagerar. Esas levantadas de pedal significan recuperación para el día siguiente. También significa que perdemos tiempo, pero eso importa poco si gracias a ello el día siguiente coges el corte bueno.
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